Entrar a un sitio y tener la sensación de que ya hemos estado allí aunque sea la primera vez que vamos. Tener una conversación que parece que ya hemos mantenido en otra ocasión. Vivir un momento que sentimos que ya lo hemos experimentado anteriormente. La explicación a este tipo de experiencias o sensaciones que experimentan entre un 60 y un 80 por ciento de las personas, denominadas ‘déjà vu’, tiene detrás distintas hipótesis a las que han llegado diferentes investigaciones.

El campo de las Neurociencias lleva muchos años trabajando para intentar revelar los mecanismos subyacentes e identificar qué partes del cerebro están involucradas en el ‘déjà vu’, una expresión francesa que se puede traducir como ‘ya visto’. Un fallo eléctrico, un desajuste neuronal o un retraso en la llegada de las imágenes percibidas por el ojo hasta el cerebro son algunas de las causas del ‘déjà vu’ que han revelado distintos estudios. Veamos una por una.

Un fallo eléctrico cerebral
Según una investigación reciente, hecha pública este mes de abril y realizada por científicos de la Universidad de Texas, en Estados Unidos, este fenómeno puede ser el fruto de un fallo eléctrico en un área cerebral que está vinculada con el almacenamiento de los recuerdos y la memoria. Este error hace que se confunda el presente con el pasado.

De hecho, estos investigadores han visto en personas con epilepsia del lóbulo temporal que esta región del cerebro podría estar también relacionada con el ‘déjà vu’. Incluso, en el caso de los individuos sanos, este fallo eléctrico en esa región cerebral podría ser el responsable de los espasmos que sufren a veces las personas sin epilepsia, por ejemplo al quedarse dormidas.

No obstante, ante las dificultades de estudiar este fenómeno en el laboratorio, no existe una explicación clara sobre por qué se produce. Por ello, los propios autores de este estudio apuntan también la posibilidad de que se deba a un desajuste en las vías neuronales del cerebro, al intentar crear percepciones globales del mundo que nos rodea a partir de un número limitado de señales.

Por ejemplo, un olor que nos resulta familiar puede llevar al cerebro a recrear un recuerdo concreto, de forma que ese ‘déjà vu’ estaría vinculado con una alteración en el proceso que lleva a la memoria a largo plazo la información sensorial obtenida en ese momento. Los autores de este trabajo reconocen que todavía queda mucho por aprender sobre los ‘déjà vu’.

Un retraso en la llegada de la información visual al cerebro
Desde hace años, prevalece una teoría de que el ‘déjà vu’ se debe a un retraso de microsegundos en la llegada de las imágenes percibidas por el ojo al cerebro, provocando esa sensación de que algo se está viendo por segunda vez. Sin embargo, una investigación de la Universidad de Leeds (2006), en Reino Unido, reveló que una persona ciega vivía ‘déjà vu’ a través del olfato, el oído y el tacto.

El Instituto de Ciencias Psicológicas de la Universidad de Leeds, en Reino Unido, que lideró este trabajo, está centrado especialmente en entender el ‘déjà vu’ crónico, es decir, cuando los pacientes están constantemente con sensaciones de «haber estado aquí antes».

En su estudio publicado en Brain and Cognition, los científicos relataron cómo experiencias mundanas –como desabrochar una cremallera de la chaqueta mientras se escucha una pieza particular de música u oír un fragmento de conversación mientras se sostiene una bandeja en el comedor escolar– eran ejemplos de cómo se desencadenaron experiencias de ‘déjà vu’ en el individuo ciego.

Ya entonces, los investigadores de ese trabajo apuntaron que las experiencias de ‘déjà vu’ podían ser causadas por la interrupción de un área del cerebro que se ocupa de la familiaridad. De hecho, realizaron un experimento en el que pidieron a estudiantes que recordaran palabras, luego se les hipnotizó para hacer que las olvidaran y se les mostró finalmente las mismas palabras. Alrededor de la mitad dijo tener una sensación similar a ‘déjà vu’ y la mitad de ellos, que se trataba, sin duda, de un ‘déjà vu’.

La memoria de reconocimiento tiene similitudes con el ‘déjà vu’
Otro estudio de la Universidad Estatal de Colorado (2008), en Estados Unidos, destacó las similitudes entre el ‘déjà vu’ y la memoria de reconocimiento humano –el tipo de memoria que nos permite darnos cuenta de que lo que se está experimentando ya se ha vivido antes-.

El cerebro fluctúa entre dos tipos diferentes de memoria de reconocimiento: recuerdo y familiaridad. Ver a un hombre que nos resulta familiar en un supermercado y darnos cuenta de que lo hemos visto antes en el autobús es un ejemplo de memoria de reconocimiento según un recuerdo. Si vemos a ese hombre que nos parece conocido en la tienda pero no podemos recordar de dónde lo conocemos, se trata entonces de la memoria de reconocimiento por familiaridad.

Se cree que el ‘déjà vu’ es un ejemplo de reconocimiento basado en la familiaridad, ya que durante este tipo de episodios, estamos convencidos de que reconocemos la situación, pero no estamos seguros de por qué. Los resultados de esta investigación de la Universidad de Colorado, publicados en Current Directions in Psychological Science, respaldan el planteamiento de que los acontecimientos y episodios que experimentamos son almacenados en nuestra memoria como elementos individuales o fragmentos de ese evento.

Así, un ‘déjà vu’ se puede producir cuando aspectos específicos de una situación actual se asemejan a ciertos aspectos de situaciones vividas previamente. De esta forma, si existe una gran cantidad de superposición entre los elementos de las nuevas y viejas vivencias, obtenemos una fuerte sensación de familiaridad.