Hernia discal
El dolor de espalda baja, llamado lumbalgia o lumbago, es una patología muy frecuente que afecta en gran medida a la calidad de vida de las personas y suele provocar una disminución de su actividad habitual, laboral y deportiva. El dolor, como destaca el Dr. Juan Díaz-Mauriño Garrido Lestache, especialista en cirugía de columna del Hospital Nuestra Señora del Rosario, puede estar motivado por la compresión de los nervios o la presión que sobre los mismos ejercen los discos herniados o los crecimientos óseos producidos por la osteoartritis (osteofitos).
Los síntomas del dolor de espalda, según explica el Dr. Díaz-Mauriño, pueden variar dependiendo de la causa subyacente y de la gravedad de la lesión. “Se puede sentir un dolor sordo o un dolor punzante, puede irradiarse por una o ambas piernas y producir debilidad, entumecimiento u hormigueos”, detalla, al tiempo que recuerda que la incidencia de la hernia discal es mayor en hombres entre los 40 y los 50 años.
Comenta el traumatólogo que tras la anamnesis se efectuará una exploración física y las pruebas de imagen (habitualmente una resonancia magnética). Si el dolor persiste, con afectación en la fuerza y la sensibilidad, y si el tratamiento conservador no ha dado resultado, “será necesario valorar el tratamiento quirúrgico, concretamente la endoscopia de columna”.
La endoscopia se define como la observación directa mediante un sistema óptico o endoscopio (tubo con iluminación conectado a una cámara de vídeo y a un monitor de televisión). La endoscopia de columna consiste en la introducción de una cámara (incisión en la piel de menos de 1 cm) en el interior de la columna vertebral sin la sección de músculos. “Esto permite una visualización directa de las estructuras y un acceso completo a la hernia discal con un menor daño que las técnicas convencionales”, destaca el Dr. Díaz-Mauriño, quien incide en las muchas ventajas que tiene sobre la cirugía convencional.
Las técnicas endoscópicas, abunda, han demostrado una serie de ventajas: