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La trata de personas se ha convertido, en nuestra sociedad, en una auténtica plaga de extraordinarias dimensiones, en la esclavitud del siglo XXI. Aunque golpea a todos, lo hace especialmente con los más pobres, con los más débiles, con los que viven en los márgenes, como las mujeres y los niños, que son las víctimas privilegiadas de abusos e injusticias.
En este sentido, las cifras son espeluznantes. En el mundo, 21 millones de personas son víctimas de la trata, de las que 7 millones son menores. El 49% son mujeres mayores de 18 años y el 21%, niñas. El 79% de las mujeres son explotadas sexualmente. El 83% de los hombres sufren explotación laboral y trabajos forzados. En nuestro país, 45.000 mujeres y niñas son víctimas de la trata, un negocio que mueve la friolera de 5 millones de euros al día, hasta convertirse en la tercera actividad ilegal más lucrativa después del tráfico de armas y de drogas.
Esto explica que, con motivo del VI Día Mundial de Oración y Reflexión contra la Trata, que se celebró el pasado día 8, desde el Ministerio Pastoral de Acción Social y Ámbito de Cooperación al Desarrollo, de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, se haya querido llamar la atención y despertar las conciencias sobre una deplorable realidad que exige ser erradicada de nuestra sociedad. Entre todos debemos reflexionar sobre nuestras posibilidades de evitar, denunciar o al menos no contribuir a ningún tipo de explotación o tiranía sobre otro prójimo.
Las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, que están presentes en 30 países contribuyendo a que la situación de los más desfavorecidos cambie y mejore, siguen creyendo que otro mundo es posible y por eso optan por los que más las interpelan allá donde acuden: los pobres y los necesitados.
Día Mundial contra la Trata de Personas
El Día Mundial contra la Trata de Personas se adoptó el 8 de febrero por ser la conmemoración de Santa Josefina Bakhita (1869-1947), mujer de origen sudanés que fue secuestrada a los nueve años y vendida como esclava en varias ocasiones. Fue canonizada por el Papa San Juan Pablo II en el año 2000.
Por trata se entiende reclutar, trasladar, desplazar, ocultar o recibir personas, por medio de amenazas, uso de la fuerza u otras formas de coacción, secuestro, fraude, engaño, abuso de poder o de una situación de vulnerabilidad, así como el acto de dar o recibir cualquier tipo de retribución o beneficios con el fin de conseguir el consentimiento de una persona que tenga dominio sobre otra, con el propósito de ejercer una explotación.