Hasta un 20% de la población sufre de dolor crónico, cifra que aumenta en pacientes de edad avanzada o en los que han sido intervenidos sin encontrar el resultado esperado. Para algunos de estos pacientes, las Unidades del Dolor realizan un abordaje más integral de sus necesidades terapéuticas.

“Somos los expertos que en ellas trabajamos, la mayoría especialistas en Anestesiología, los que nos preocupamos por escuchar atentamente al paciente cuando llega por primera vez a la consulta. Un paso importantísimo para poder analizar después, de forma exhaustiva, cada caso concreto, dedicarle todo el tiempo que sea necesario y ofrecer la terapia idónea para paliar o mitigar la intensidad de su dolor con el objetivo final de mejorar su calidad de vida”, explica el Dr. Ángel Alonso, especialista en Anestesiología y Reanimación de la Unidad del Dolor del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

Patologías como las relacionadas con la columna lumbar, las referidas a otros trastornos osteomusculares, los procesos articulares degenerativos y reumáticos graves, el dolor oncológico, las neuralgias, cefaleas y algias faciales son algunas de las más frecuentes en estas Unidades.

En cuanto a los tratamientos aplicados en una Unidad del Dolor, los más habituales son los farmacológicos, con el objetivo de hacer desaparecer el dolor sin producir efectos secundarios. “Pero también utilizamos técnicas intervencionistas, que tratan de evitar que la señal del estímulo doloroso llegue al cerebro”, afirma el Dr. Alonso.

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