La cirugía laparoscópica tiene también unos altísimos porcentajes de efectividad, como recuerda el doctor José Antonio Pajares Díaz, de la Unidad de Digestivo del Hospital Nuestra Señora del Rosario

Este especialista participará el próximo martes 26 de febrero, a las 19 horas, en la charla inaugural de ‘Martes de Salud’, dedicada a los problemas digestivos frecuentes

El reflujo gastroesofágico -el paso del contenido gástrico a través del cardias hacia el esófago- es un fenómeno fisiológico que se produce a diario en todos los individuos y al que no habría que prestar mayor atención si no fuera porque el contacto excesivo del contenido gástrico con la mucosa esofágica provoca unos síntomas y signos que hacen que se esté ante una enfermedad.

Los principales síntomas de la enfermedad por reflujo gastroesofágico son la pirosis retroesternal y la regurgitación ácida, que característicamente mejoran con la ingesta de antiácidos o antisecretores. No obstante, como destaca el Dr. José Antonio Pajares Díaz, de la Unidad de Digestivo del Hospital Nuestra Señora del Rosario, “hay pacientes que presentan síntomas atípicos o poco característicos, como el dolor torácico de origen no cardiológico o la disfonía y la tos crónica”.

Asimismo, continúa este especialista, las consecuencias que tiene el reflujo sobre la mucosa no son uniformes, ya que hay un grupo de pacientes que presenta pirosis sin que se origine lesión mucosa, mientras que en otros sí se producen lesiones, cuyo espectro es muy diverso: erosiones y úlceras en la mucosa distal, estenosis, desarrollo de esófago de Barrett o, incluso, adenocarcinoma de esófago.

Consejos para evitar el reflujo gastroesofágico

El Dr. Pajares subraya que el primer paso en el tratamiento de cualquier persona con reflujo gastroesofágico es evitar las situaciones que lo favorecen. En este sentido aconseja:

    • Evitar el consumo de sustancias que contienen xantinas (café, té, chocolate), de comidas grasas y de bebidas alcohólicas.
    • Dejar transcurrir un periodo mínimo de tres horas desde la última comida antes de acostarse.
    • No fumar.
    • Evitar las posturas que supongan un incremento de la prensa abdominal.

Además, para reducir la acidez gástrica se pueden adoptar medidas farmacológicas, que son las más empleadas. Los antiácidos, como el almagato, provocan un alivio sintomático rápido pero transitorio. Sin embargo, los fármacos antisecretores, como los antihistminicos (antiH2) o los inhibidores de la bomba de protones (IBP), presentan un efecto más profundo y prolongado. “Los IBP han mostrado unas tasas de curación superiores al 90% y deben considerarse como medicamentos de primera elección en pacientes con lesiones mucosas”, subraya el Dr. Pajares, quien también sugiere otras estrategias terapéuticas, como la administración de fármacos que inhiban las relajaciones transitorias del esfínter esofágico inferior, de fármacos procinéticos y de aquellos que creen una barrera física que impida el reflujo.

Opción quirúrgica

En los casos de refractariedad o de preferencia del paciente se puede plantear la corrección quirúrgica del reflujo mediante una fundiplicatura. “La efectividad de esta cirugía es alta, comparable a la de los IBP, y en la mayoría de los pacientes puede practicarse por vía laparoscópica, lo que disminuye el tiempo de recuperación y de ingreso hospitalario”, concluye el doctor Pajares, quien será uno de los intervinientes en la charla inaugural del ciclo “Martes de Salud”, dedicada a las dolencias digestivas frecuentes, programada para el próximo 26 de febrero, a las 19 horas, en la sala de conferencias del Hospital Nuestra Señora del Rosario, con entrada libre hasta completar aforo.