El mes de octubre se tiñe de rosa. Es el elegido para reforzar la sensibilización sobre el cáncer de mama, aunque la concienciación en torno a la lucha contra este tumor debe hacerse cada mes, cada día, cada hora. Con motivo de este Octubre Rosa, la Dra. Carmen Iglesias, responsable del Servicio de Cirugía Plástica y Medicina Estética del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario y cirujana especializada en reconstrucción mamaria, ha escrito el siguiente texto, que te invitamos a leer y compartir:
Octubre, el Mes Rosa, siempre me invita a detenerme y reflexionar. Más allá de los lazos y de las campañas de concienciación, este mes representa un recordatorio profundo: la importancia de la detección temprana del cáncer de mama, de la investigación médica y del acompañamiento humano que cada paciente necesita en un momento tan complejo. Como cirujana plástica especializada en reconstrucción mamaria, he sido testigo de cómo el diagnóstico cambia la vida de una mujer en cuestión de segundos. La palabra cáncer trae consigo miedo, incertidumbre y muchas preguntas. Sin embargo, también he comprobado algo extraordinario: la resiliencia femenina es inmensa.
La reconstrucción mamaria no es solo una técnica quirúrgica. Es una oportunidad para devolver confianza, identidad y bienestar. No se trata únicamente de restaurar un volumen o una forma, sino de acompañar a la paciente en un proceso que impacta en su cuerpo y en su espíritu. Hoy en día contamos con múltiples opciones: desde cirugías con tejidos propios hasta prótesis o expansores, y también con la cirugía oncoplástica, que permite tratar el cáncer al mismo tiempo que preservamos la estética. Todo ello supone menos cicatrices visibles, menos secuelas físicas y una mayor calidad de vida. Pero más allá de la técnica, lo esencial sigue siendo escuchar, comprender y empatizar.
Siempre digo que el bisturí no es lo más importante de mi trabajo. Lo esencial está en la mirada empática, en la conversación honesta y en recordarle a cada paciente que no está sola. La reconstrucción empieza mucho antes del quirófano: comienza en el momento en que una mujer siente que tiene un equipo médico que la respalda y que la acompaña en cada decisión. Esa confianza es tan terapéutica como la cirugía misma.
En este Mes Rosa quiero recordar algo fundamental: la prevención salva vidas. Las revisiones periódicas, la autoexploración y acudir al médico ante cualquier señal de alerta son pasos sencillos que marcan la diferencia. Y para aquellas mujeres que se enfrentan a un diagnóstico de cáncer de mama, quiero transmitir un mensaje de esperanza: existen tratamientos y cirugías reconstructivas que no solo permiten superar la enfermedad, sino también recuperar la confianza y continuar con una vida plena.
Octubre no es solo un mes teñido de rosa. Es un homenaje a la valentía de miles de mujeres, un reconocimiento a los avances de la medicina y una llamada a todos los profesionales de la salud para que trabajemos con ciencia, pero también con humanidad. Porque al final, la verdadera reconstrucción no solo ocurre en el cuerpo, sino también en la sonrisa, en la seguridad y en la fuerza de cada mujer que vuelve a sentirse ella misma.