El pasado 11 de febrero, festividad de la Virgen de Lourdes, se conmemoró a escala mundial la Jornada del Enfermo. Entonces, el recientemente fallecido Papa Francisco recordaba que «la enfermedad se convierte en ocasión de un encuentro que nos transforma; en el hallazgo de una roca inquebrantable a la que podemos aferrarnos para afrontar las tempestades de la vida; una experiencia que, incluso en el sacrificio, nos vuelve más fuertes, porque nos hace más conscientes de que no estamos solos».
Ahora, este domingo 25 de mayo y solamente en España, se celebra la Pascua del Enfermo. En ambos casos, el lema es el mismo: “En esperanza fuimos salvados” (Rom 8,24). En el Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario a los pacientes hospitalizados se les entregará una rosa e invitará a ellos y a sus acompañantes a que acudan a la Eucaristía, en la capilla del centro, a las 11 horas.
Es una fecha en la que hay que insistir en que “la vida cristiana es un camino, que también necesita momentos fuertes para alimentar y robustecer la esperanza, compañera insustituible que permite vislumbrar la meta: el encuentro con el Señor Jesús” (Bula 5). Los sacramentos de la Eucaristía y la unción de los enfermos son, verdaderamente, fuente de salvación y de esperanza, gloria y lámpara de que nos habla la segunda lectura de hoy. “Que no se turbe vuestro corazón ni se acobarde”.
Oración
“En esperanza fuimos salvados”
PASCUA DEL ENFERMO
Padre que estás en el cielo,
despierta en nosotros
en la venida de tu Reino.
La gracia del Jubileo
reavive en nosotros,
Peregrinos de la Esperanza,
el anhelo de los bienes celestiales
y derrame en el mundo entero
la alegría y la paz de
nuestro Redentor.
A ti, Dios bendito eternamente,
sea la alabanza y la gloria por los siglos,
Amén.