Según la Sociedad Española de Oncología Médica, durante 2023 se diagnosticarán en España 35.001 nuevos casos de cáncer de mama, lo que lo convierte en el tipo de tumor más frecuente entre las mujeres en nuestro país por delante de los cánceres colorrectal, de pulmón, útero, tiroides y páncreas. De hecho, en torno al 30% de los cánceres diagnosticados en mujeres se originan en la mama. Datos que adquieren mayor relevancia cada 19 de octubre, en que se celebra el Día Mundial contra el Cáncer de Mama, que contribuye a concienciar sobre el tumor más diagnosticado en el mundo.

La Dra. Carmen Iglesias, jefa del Servicio de Cirugía Plástica y Medicina Estética del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, destaca la contribución de los cirujanos plásticos al bienestar personal, familiar y social de las pacientes que se enfrentan al cáncer de mama. Según comenta, cuando una persona tiene que hacer frente a este tipo de tumor también lo hace al miedo que origina la enfermedad, así como el temor al proceso en el que se halla inmersa. Pero, al mismo tiempo, debe afrontar otras cuestiones:

  • La alteración de la imagen corporal después de la extirpación del tumor o de toda la mama.
  • Las molestias derivadas de las cicatrices.
  • Las deformidades temporales y definitivas.
  • Las consecuencias de los tratamientos médicos en el contorno corporal, el pelo, la vida de pareja, etc.

 Bienestar personal

Sin duda, abunda la especialista, la seguridad oncológica es lo principal, pero también lo es abordar el proceso desde otra perspectiva más enfocada al bienestar personal, familiar y social, para el que las unidades de Cirugía Plástica colaboran de manera activa y holística. “Participamos en el proceso asistencial oncológico directo, en la reconstrucción de la mama o de los defectos de las resecciones parciales de la misma y también podemos ayudar a prevenir el linfedema o a tratarlo cuando aparece”, detalla, al tiempo que añade que igualmente “ayudamos a hacer sentir mejor a nuestras pacientes que, tras el tratamiento oncológico, el estrés y las medicaciones, han de afrontar secuelas involutivas faciales y corporales”.

Los objetivos de la Cirugía Plástica en el caso de las pacientes con cáncer de mama son, en opinión de la Dra. Iglesias:

1.-Mejorar la imagen corporal

2.-Mejorar la autoestima

3.-Potenciar el ánimo y la calidad de vida

Diversidad de técnicas y tratamientos

A los tradicionales tratamientos quirúrgicos, se añaden otros nuevos, también quirúrgicos, pero menos invasivos.

Las técnicas de reconstrucción de mama, tanto con prótesis como con tejido de la propia paciente, permiten realizar la más adecuada al defecto, a los tratamientos adyuvantes y a las características de la paciente y de la mama contralateral. “Además, podemos efectuar una reconstrucción total del sistema linfático, en el caso de las mujeres a las que se ha extirpado uno o varios ganglios axilares, para disminuir el riesgo de linfedema secundario”, detalla la Dra. Iglesias.

El cuidado de las cicatrices, el tratamiento de las mismas  y de las secuelas de la radioterapia se acomete a través de procedimientos médicos (infiltraciones, parches, bótox) y quirúrgicos (lipofilling, resecciones, reconstrucciones).

El aspecto envejecido de la piel se reduce con limpiezas poco agresivas durante el tratamiento quimioterápico y más agresivas después, con el empleo de láser, radiofrecuencia o luz pulsada que dan brillo y luminosidad a la piel.

La sequedad vaginal y la atrofia de la mucosa mejoran con las infiltraciones de ácido hialurónico y el láser.

La cara cansada y la pérdida de la tonicidad de la piel se resuelven mediante láser y peelings, así como con resecciones cutáneas y con reposicionamiento muscular a través de blefaroplastias y lifting facial o cervical, o bien con nuevas técnicas, como el Bodytite o el Facetite, menos invasivas.

El contorno corporal también puede verse comprometido, bien por la aparición de zonas de flacidez, bien por la ganancia ponderal que implican los tratamientos médicos. “La estimulación para mejorar la calidad de vida mediante el autocuidado con ejercicio y dieta y las técnicas no invasivas de ultrasonidos y radiofrecuencia ayudan a combatir esas secuelas. Del mismo modo, la cirugía del contorno corporal, que incluye liposucciones, braquioplastias o cruroplastias, abdominoplastias o mastopexias, mejora la imagen corporal de las pacientes”, concluye la especialista.