Los adenomas hipofisarios son tumores generalmente benignos, procedentes de las células de la adenohipófisis. Dicha parte de la glándula hipofisaria produce diferentes tipos de hormonas (ACTH, GH, PRL, TSH, FSH, LH). Según comenta el Dr. Rafael García de Sola, jefe de Neurocirugía del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, “los tumores van a ser productores en exceso de una o varias de estas hormonas. En su crecimiento van a comprimir el resto de la glándula y producir un fallo en la producción de las otras hormonas”.

Explica el especialista que “la clínica va a venir dada principalmente por los síntomas y signos provocados por el exceso o el defecto de producción hormonal. Si al crecer exceden los límites de la silla turca, van a producir afectación visual por compresión del quiasma óptico. Si invaden los senos cavernosos, pueden provocar afectación de los pares craneales que pasan por ellos (pares óculo-motores y primera rama del trigémino)”.

No obstante estas complicaciones, los avances diagnósticos y de tratamiento farmacológico, junto con las enormes mejoras técnicas quirúrgicas y radioterápicas, han hecho que los adenomas hipofisarios tengan un muy alto porcentaje de curación o contención del crecimiento tumoral, con un pronóstico muy favorable en cuanto a recuperar la calidad de vida previa.

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