Desde el mismo comienzo de la gestación, en las primeras semanas, los pechos de la mujer experimentan algunos cambios. ¿A qué se deben esas transformaciones? ¿Cómo aliviar las molestias que ocasionan? ¿Cómo cuidarlos? ¿Qué señales no hay que ignorar? El Dr. José Luis Prieto Alonso, ginecólogo y obstetra del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, ha respondido a todas estas preguntas en una entrevista para Natalben, portal de embarazo y maternidad.
Dolor o sensibilidad
Uno de los primeros síntomas de la gestación, incluso antes de que se sepa con certeza que se está embarazada, es el dolor en el pecho. Según el especialista, desde que el bebé empieza a desarrollarse se produce un aumento del número y del grosor de los conductos y de los alvéolos. Ese aumento de los conductos implica un crecimiento del tamaño, que también se nota antes de que el test confirme el embarazo. En este sentido, el Dr. Prieto Alonso apunta que “desde el inicio del embarazo van a notar un aumento del tamaño y de la densidad/dureza de la mama, pudiendo necesitar cambiar la talla del sujetador hasta dos o tres veces a lo largo del mismo”. Además, es importante mantener hidratada la piel, pues ayudará a aliviar las molestias.
En el crecimiento de los pechos hay una influencia clara de los estrógenos y la progesterona: “Ambas hormonas influyen en el crecimiento de los túbulos y alvéolos que forman la glándula mamaria. De ahí el aumento de tamaño que se produce”, apunta el ginecólogo, que añade que, de igual modo, la areola que rodea el pezón se volverá más oscura y grande. Pero no es el único cambio, pues también “verás” las venas a través de la piel del pecho. Según el Dr. Prieto, el motivo es que hay más tejido que vascularizar.
Uno de los cambios al final del embarazo será que puede salir leche del pezón, un líquido amarillento que recibe el nombre de calostro y que será el primer alimento del bebé cuando nazca. “El calostro empieza a producirse a mitad del embarazo y con los estímulos hormonales, incluida la oxitocina, se pueden contraer los músculos de los alvéolos y producir la secreción de calostro, que no suele ser muy abundante y a la que no hay que dar importancia”, abunda el Dr. Prieto.
Señales de alarma
Advierte el Dr. Prieto que “en caso de que notara alguna irregularidad o un aumento de tamaño distinto en una mama que en otra, se debe consultar, aunque en la inmensa mayoría de los casos son cambios normales por la estructura previa de la mama de la gestante”.
Por último, en el caso de que se tengan fibroadenomas o quistes benignos en las mamas antes del embarazo, hay que tener que van a crecer por la acción de las hormonas: “En los fibroadenomas se pueden producir pequeñas zonas de necrosis que son dolorosas. Si hay cambios conviene consultarlo con el especialista.”, afirma el Dr. José Luis Prieto, quien también aconseja la conveniencia de que las mujeres de más de 40 años que están planificando quedarse embarazadas se hagan una mamografía antes de iniciar el embarazo.
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