Este segundo lunes de febrero es el Día de los Enamorados, pero también el Día Internacional de la Epilepsia 2022, una efeméride que persigue concienciar sobre una patología neuronal que padecen aproximadamente 65 millones de personas en todo el planeta, al tiempo que propiciar una mejor calidad de vida a quienes están afectados por ella. Además, no debemos olvidar que uno de los picos de edad de esta enfermedad es la infancia o la juventud temprana, como subraya la Dra. Carla Anciones, neuróloga y epileptóloga del Hospital Nuestra Señora del Rosario. De hecho, en España afecta a más de 100.000 niños, según datos del Ministerio de Sanidad, que apunta que alrededor de 25.000 deberán convivir con ella el resto de sus vidas.

Como detalla la especialista, el cerebro funciona por corrientes eléctricas. “Todo lo que hacemos, vemos, pensamos, sentimos y cómo nos movemos es por electricidad. Y cuando esta se descontrola, es cuando se producen las crisis epilépticas”. Eso sí, no todas las epilepsias son las crisis de convulsión que conocemos. “Hay múltiples tipos de crisis y no siempre es sencillo identificarlos”.

¿Cómo se identifica y diagnostica la epilepsia?

Explica la Dra. Anciones que es importante seguir varios pasos para diagnosticar correctamente la epilepsia, lo que llevará a un tratamiento adecuado de la misma: historia clínica, neurofisiología y neuroimagen.

  • El primer paso para un acertado diagnóstico es la historia clínica, esto es, preguntar al paciente por los síntomas que tiene, por los signos que presentan las crisis. “Algunas, por ejemplo, cursan con ausencias, con detención de la actividad o arreactividad. Hay otras con síntomas más específicos, como alteraciones del gusto, del olfato, sensaciones en el abdomen, alteraciones en la visión, movimientos involuntarios”, abunda la experta, quien insiste en la importancia de observar muy bien a los pacientes y definir muy bien los episodios que presentan.
  • La segunda fase es la neurofisiología, la realización de un electroencefalograma, efectuado en unidades de epilepsia específicas, para observar la electricidad cerebral y cómo se distribuye.
  • Por último, las técnicas de neuroimagen, siendo la principal la resonancia magnética de alto campo, que ayuda a determinar si esas crisis vienen de algún foco concreto. “Hay causas de foco epiléptico que hay que tratar de forma más invasiva, en el caso de tumores, cicatrices de hemorragias, malformaciones o alteraciones vasculares”, concluye la Dra. Anciones.

Los resultados de estos pasos los debe aunar un especialista entrenado, que será quien determine el diagnóstico más adecuado y, a partir de ahí, aplique el tratamiento más conveniente para el abordaje de la epilepsia.