La disfagia puede evaluarse visualizando mediante un endoscopio flexible el acto de la deglución
La dificultad para tragar o disfagia, que conlleva que una persona requiera más tiempo y más esfuerzo para conseguir dirigir los alimentos desde la boca al estómago, es un trastorno relativamente frecuente. De hecho, aproximadamente el 20% de la población presenta disfagia, como destaca la Dra. Paloma Pinacho Martínez, del Servicio de Otorrinolaringología (ORL) del Hospital Nuestra Señora del Rosario, quien añade que su principal consecuencia es que se genera un problema de seguridad y de eficacia de la deglución para las personas que la tienen.
Según la especialista, hay algunos colectivos de pacientes con especial riesgo para padecerla, como son los ancianos, los pacientes con cánceres de cabeza y cuello (laringe, faringe, oral…), los enfermos ingresados y las personas con enfermedades neurodegerativas (especialmente neuromusculares).
Síntomas de la disfagia
Los síntomas pueden ser muy variados y pueden coexistir, dependiendo de la causa de la disfagia. La Dra. Pinacho Martínez los enumera:
- Babeo
- Sensación de “atasco” de los alimentos
- Residuo bucal
- Estornudos, fetidez, regurgitación nasal
- Sensación de cuerpo extraño en la garganta, carraspera
- Vómitos
- Regurgitación
- Mal aliento
- Tos
- Voz húmeda
- Atragantamiento y cianosis
- Pérdida de peso
¿Cómo se diagnostica?
Para un correcto diagnóstico es necesario un completo interrogatorio en la consulta, así como una exploración otorrinolaringológica detallada, incluyendo la exploración fribroscópica de la faringe y la laringe.
“En cuanto a las pruebas complementarias, en ocasiones puede ser necesaria una radiografía de tórax (si se sospecha neumonía aspirativa asociada), tránsito esofagogastroduodenal o manometría esofágica”, aclara la experta.
Las pruebas de elección para el diagnóstico son la videofluoroscopia y la videoendoscopia de la deglución. “La videoendoscopia de la deglución evita la irradiación y es más accesible, ya que se realiza en la consulta de Otorrinolaringología, explorando la faringe y la laringe con un endoscopio flexible mientras se ingieren líquidos y sólidos de distintas texturas”, asegura.
Tratamiento de la disfagia
El tratamiento de la disfagia es, como apunta la otorrinolaringóloga, multidisciplinar y puede ser conservador o quirúrgico: “El método conservador consiste en la modificación de la dieta hacia texturas y volúmenes de alimentos que puedan ser manejados por el paciente con seguridad y también en un tratamiento rehabilitador, enseñando a los pacientes posturas, maniobras y ejercicios que mejoren la eficacia y la seguridad”. Por último, en algunos casos seleccionados puede estar indicado el tratamiento quirúrgico, concluye la Dra. Pinacho Martínez, que participará en la próxima jornada del ciclo divulgativo Martes de Salud, dedicado a las patologías ORL y programado para el día 25 de febrero, a las 18 horas, en la sala de conferencias del Hospital Nuestra Señora del Rosario.