Estos días se habla y mucho de los aneurismas cerebrales a raíz de que le detectaran uno a la popular actriz Belén Rueda, tras sufrir un ictus transitorio. Sobre este problema de salud que, si no se detecta de forma temprana, puede tener consecuencias graves para los pacientes, habla el Dr. Alfredo Casasco, jefe del Servicio de Terapéutica Endovascular y Percutánea del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, en un amplio reportaje publicado en el portal Cuídate Plus, del diario Marca.

Como explica el prestigioso especialista, “el aneurisma cerebral es como una bolsa que se forma en la pared de una arteria, y es la consecuencia de un defecto en la pared, donde más tarde, con los años, se formará el aneurisma”. Se calcula que entre el 1% y el 2% de la población tiene aneurismas cerebrales, si bien solo un pequeño porcentaje se rompe y causa síntomas

Aparición

Normalmente las paredes de las arterias están formadas por tres capas: una externa llamada adventicia; una media llamada media y una interna, en contacto con la sangre, denominada íntima. Algunas personas tienen un defecto en determinadas zonas de la pared de la arteria y, en lugar de tres capas, la arteria tiene solo dos, externa e interna. “Esto hace que, a lo largo de los años, el golpe permanente de la sangre contra esa zona de la pared debilitada provoque que se forme esa bolsita o excrecencia, llamada aneurisma”, explica el Dr. Casasco.

Cuando esa pared muy fina se rompe, causa un sangrado cerebral o derrame cerebral. El riesgo de rotura y sangrado es mayor cuanto más grande sea el aneurisma.

No obstante, si un aneurisma se rompe, sea grande o pequeño, el pronóstico es muy grave: “Globalmente, la mortalidad inmediata, llega a ser del 50%, y de los pacientes que llegan al hospital, y son tratados, sólo la mitad queda sin secuelas. Por eso, cuando se descubre un aneurisma antes de que sangre, es recomendable tratarlo”, alerta el doctor, quien también aclara que no hay que confundir los aneurismas cerebrales con los aneurismas de aorta, que son entidades totalmente independientes y con orígenes diferentes.

Síntomas

El experto detalla que “cuando un aneurisma se rompe y produce un derrame cerebral, se produce un intensísimo dolor de cabeza, más localizado en la nuca, que no calma con ningún tipo de analgésico”. Si el sangrado es muy importante, “el paciente pierde el conocimiento y es lo que se conoce como ictus hemorrágico”.

Prevención

La única recomendación para reducir la posibilidad de rotura de un aneurisma eventual es el control de la tensión arterial, así como eliminar el tabaco y, por supuesto, todo tipo de sustancias que puedan debilitar las paredes arteriales, como las drogas vasoactivas (cocaína, anfetaminas, etc.).

Tratamiento

Según el Dr. Casasco, el tratamiento debe encaminarse a su exclusión de la circulación, es decir, a eliminar esa bolsita o excrecencia que es el aneurisma. Tradicionalmente, se hacía con cirugía abierta, craneotomía, pero desde los años noventa del siglo pasado, “se han ido desarrollado las técnicas de tratamiento endovascular, que consisten en la exclusión del aneurisma desde dentro de las arterias, accediendo a ellas por cateterismo o por navegación endovascular. “Más del 90% de los aneurismas cerebrales se tratan prioritariamente con embolización”, concluye el especialista en Terapéutica Endovascular y Percutánea, al que puedes leer en https://cuidateplus.marca.com/bienestar/2025/06/10/belen-rueda-ictus-aneurisma-cerebral-son-signos-alerta-183437.html

Dr. Alfredo Casasco ok