La Beata María Rafols y el Padre Juan Bonal fundaron la Congregación el 28 de diciembre de 1804 en Zaragoza
Hace 216 años -el 28 de diciembre de 1804-, el Hospital Real y General de Nuestra Señora de Gracia de Zaragoza fue escenario de la fundación de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, gracias al impulso de la Beata María Rafols y el Padre Juan Bonal. La entrega y la dedicación a los demás, con humildad y generosidad, con valentía y emprendimiento, habían marcado las trayectorias de ambos y se convirtieron en modelos a seguir. Las Hermanas no buscaban aferrarse a nada, ni a la propia vida, protegiendo de una muerte segura a muchos inocentes.
Desde entonces, hace ya más de dos siglos, las Hermanas, responsables de la gestión del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, han mantenido vivo el legado de los fundadores con un estilo propio de vivir el amor hecho servicio, con todo cuidado y con todo detalle, reconociendo a Dios en cada persona. Hoy, como ayer, una preciosa y dura tarea las aguarda y en ella ponen todos sus sentidos. Este lugar sigue siendo santuario del Dios-con-nosotros, que reclama cada día unos brazos de mujer para mostrarse al mundo.
La Congregación religiosa mantiene su Carisma de “Caridad Universal hecha Hospitalidad” como forma de decirle al mundo que Dios está presente y es Amor sin límites. Que Santa María, que paseó a Jesús por los caminos, acompañe los pasos peregrinos de nuestras hermanas, en todos los rincones del mundo. Manos tiernas para acariciar el desamparo, brazos firmes para sostener la fragilidad. Como lo fueron los de María. Por pura gracia. En cada uno de los 300 centros de los 30 países en que desarrollan su labor, las Hermanas hacen de la acogida hacia los más desfavorecidos una disposición habitual, fomentando hacia los que se acercan a las misiones un cuidado de calidad, delicadeza en cada gesto y detalle en la relación con las personas, permaneciendo accesibles y disponibles, como lo hizo el mismo Jesús de Nazaret.
La Congregación, que ahora cumple 216 años, sigue siendo la prolongación de esa Hospitalidad en el mundo de la salud, de la educación y del servicio apostólico y social, apostando por la identidad que da el seguimiento de Jesús, viviendo el servicio de las personas y compartiendo misión con los hombres y las mujeres que forman parte de esta gran Familia Santa Ana.