Cada 5 de noviembre celebramos la festividad de la Madre María Rafols Bruna, cofundadora de la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana y su primera superiora general. Es una fecha en la que compartimos sus enseñanzas y su mensaje de Amor hecho Hospitalidad, que ha guiado a las Hermanas desde 1824, cuando se constituyó la Congregación Religiosa de Derecho Diocesano y se aprueban las Constituciones. No fue un camino nada fácil hasta llegar a ese momento de felicidad, hasta ese paso en el que la Hermandad se convirtió en Congregación.

María Josefa Rosa Ràfols Bruna nació en 1781, en el Molino d’en Rovira, cerca de Vilafranca del Penedés (Barcelona). Sus padres, Cristóbal y Margarita, eran pobres y sencillos campesinos. Ella fue el alma del grupo de 12 mujeres que junto a 12 hombres partieron del Hospital de la Santa Cruz, en Barcelona y llegaron a Zaragoza para asistir a los enfermos del Hospital de Nuestra Señora de Gracia, donde transcurrió toda su vida, con el mayor cuidado, con todo detalle, con todo amor, al servicio de los enfermos, los huérfanos de la inclusa, los prisioneros de guerra… y todos aquellos que lo necesitaron. Después de una vida de plena dedicación al prójimo, de un amor sin fronteras, María Ràfols falleció en 1853 en Zaragoza.

La historia de María Ràfols y del Padre Juan Bonal, cofundadores de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, está disponible en este enlace, en el que podrás conocer también cómo se ha desarrollado a lo largo del tiempo la Congregación, cuyo ideal misionero la ha llevado a establecer centros en un gran número de países. El primero de ellos, en 1890, en Venezuela. Desde entonces, su caridad, su humildad, su entrega a los demás, su forma de entender y de estar en el mundo ha conducido a las Hermanas a Colombia, Costa Rica, Panamá, Nicaragua, Perú, Ecuador, Bolivia, México, Chile, Cuba, Argentina…y así hasta los cinco continentes.