Un ictus es una enfermedad potencialmente mortal que comienza repentinamente. Desde que se instaura, la persona que la sufre o su entorno familiar o cercano  tienen que avisar a los servicios de emergencias para trasladar de inmediato al paciente a un centro hospitalario especializado en su tratamiento.

El Dr. Francisco Gilo, neurólogo Responsable de la Unidad de Ictus del Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid (INEAMAD), del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid, recuerda que  “cada minuto que ahorremos desde el inicio del ictus será crucial para disminuir la posibilidad de desarrollar secuelas. De hecho, por cada minuto de demora en el tratamiento se pierden 1,9 millones de neuronas y 14.000 millones de sinapsis, lo que se traduce en casi 2 días de vida saludable (1,8 concretamente). Las neuronas del cerebro difícilmente pueden tolerar la isquemia, por lo que tenemos que tratar de restaurar el suministro de oxígeno al cerebro tan pronto como sea posible. Esto se convierte en una carrera contra reloj para evitar una discapacidad o la muerte del paciente”.

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En España se producen 125.000 ictus al año y constituyen la segunda causa de muerte (la primera entre las mujeres) y el principal motivo de discapacidad entre la población. Contrariamente a lo que se cree, no sólo afecta a las personas mayores: la cuarta parte de los casos se produce en menores de 65 años y el 15%, en pacientes con menos de 45.

Existen dos tipos de ictus: el isquémico y el hemorrágico. El primero representa alrededor del 80-85% del total de la patología y se produce por la obstrucción de una arteria cerebral. La isquemia resultante, es decir, la situación de bajo flujo sanguíneo, puede acabar produciendo lesiones cerebrales irreversibles o permanentes.

“El abordaje del ictus isquémico requiere conocer, que dentro de las primeras horas desde que debuta, las neuronas ‘aguantan’ la falta de oxígeno gracias a que se abren vías de aporte alternativas. Estas se basan en otras arterias más pequeñas que, a modo de carreteras secundarias, son capaces de compensar la situación a corto plazo. A pesar de ello, cuando se inicia un ictus, la función cerebral del área implicada se verá mermada, pero si se actúa pronto, el problema podrá será reversible”, insiste el Dr. Gilo.

Hasta el año 2015, solo existía la posibilidad de disolver los trombos a través de un medicamento intravenoso que es eficaz si se aplica dentro de las primeras cuatro horas y media desde el inicio de los síntomas. Pero desde entonces, hay un nuevo recurso que ha revolucionado el manejo de la enfermedad y ha ampliado la ventana de tratamiento, siendo aplicable con tiempos más prolongados desde que se inicia el ictus. Se trata de la  trombectomía mecánica, la cual consiste en un cateterismo que accede desde la arteria femoral en la pierna del paciente hasta la arteria del cerebro en la que se encuentra el trombo y ahí se restaura el flujo sanguíneo mediante un ‘stent’ extractor o aspirando el material trombótico.

Por su parte, “el ictus hemorrágico se produce por la rotura de una arteria y la extravasación de la sangre en el encéfalo” explica el Responsable de la Unidad de Ictus de INEAMAD.

Códico Ictus

Afortunadamente, hoy en día disponemos del llamado Código Ictus que consiste en la activación de todos los medios necesarios para optimizar el tratamiento de los pacientes afectados. Los servicios extrahospitalarios se encargan de la atención inicial. En estos casos, las centralitas de emergencias de los hospitales integrados en el programa, alertan al neurólogo de guardia para que,  antes de que llegue el paciente al hospital, se prepare el protocolo de actuación establecido en el que están involucrados múltiples departamentos.

Cuando el paciente entra por la puerta de urgencias se le atiende rápidamente en un box, “de manera análoga a la parada en boxes que se realiza en la Fórmula 1”, cita como ejemplo el experto en ictus del INEAMAD. El personal médico, de enfermería, auxiliares de clínica y celadores rodean al paciente y cada uno realiza los primeros cuidados de forma simultánea para ahorrar el máximo tiempo posible.

Gracias a las técnicas sofisticadas de neuroimagen cerebral a base de TAC craneal y Resonancia Magnética se decide posteriormente el tipo de tratamiento a aplicar”, explica el Dr. Francisco Gilo.

Los síntomas

Es necesario que la población conozca que los síntomas de la isquemia cerebral son variados.

  • Los que afectan al lado izquierdo: imposibilidad para expresarse o entender correctamente el lenguaje
  • Los que afectan al lado derecho: aparece una dificultad para interaccionar con todo lo que ocurre en el lado izquierdo
  • Ambos lados afectados: se ve afectada la capacidad de moverse o sentir un lado del cuerpo y además la pronunciación se ve también comprometida
  • Regiones posteriores: pérdida de la visión

3 Síntomas claves para identificar un ictus tanto por el paciente como por el entorno

  • Dificultad para hablar
  • Desviación de la boca
  • Pérdida de fuerza en un brazo

El protocolo de actuación ante la detección de estos síntomas en uno mismo o en un familiar es llamar a Emergencia. En este punto se pone en marcha el Código Ictus.