La idalopirdina ha sido la última molécula en fracasar en su intento de obtener medicamentos eficaces contra el Alzheimer, un batacazo más en la investigación terapéutica contra esta enfermedad neurodegenerativa.
«El objetivo del estudio –llevado a cabo por investigadores del Centro Médico Pacífico de California (San Francisco) y del Hospital Brigham and Women’s (Boston)– era mejorar la sintomatología cognitiva mediante la modulación de la neurotransmisión serotoninérgica de manera combinada con fármacos ya autorizados, como los anticolinesterásicos», señala la Dra. Carmen Terrón, neuróloga del Instituto de Neurociencias Avanzadas del Hospital Nuestra Señora del Rosario, en Madrid.
Precisamente, acaba de obtener resultados negativos también otra molécula muy parecida, intepirdina (Axovanti), cuya hipótesis era la misma que para idalopirdina: potenciaban el efecto de los fármacos que se utilizan hoy para el tratamiento sintomático del Alzheimer.
La Dra. Terrón es tajante al recordar que «todas las moléculas investigadas en los últimos años han demostrado ineficacia o mala tolerancia en su intento de mejorar el rendimiento cognitivo en pacientes con Alzheimer. Se han abierto novedosas líneas de investigación, pero ninguna de ellas ha arrojado resultados positivos».
Ante el fracaso de fármacos para el Alzheimer se está promocionando la prevención a través de una vida sana, que incluye la restricción calórica y el ejercicio físico y mental, vigilancia de la salud cardiovascular, etc.
La Dra. Terrón comenta que, tanto la comunidad médica como la Organización Mundial de la Salud (OMS), «tenemos grandes esperanzas en prevenir hasta un tercio de los casos mediante el control de factores de riesgo vascular y los cambios en hábitos de vida».