El año pasado, el 30% de los españoles fue víctima de este trastorno adaptativo que se presenta con motivo de la vuelta a la rutina.

Tristeza, desmotivación, apatía, insomnio, decaimiento, astenia, irritabilidad, ansiedad, cambios de humor, dolores musculares, disminución en la capacidad de concentración, fatiga, tensión, problemas digestivos, náuseas, alteraciones del apetito, palpitaciones, taquicardias, sensación de ahogo, cefalea… Estos son los síntomas que experimenta cerca de un 30% de la población tras las vacaciones y la vuelta al ‘día a día’, según señala el Dr. Ventura Anciones, jefe del Servicio de Neurología del Instituto de Neurociencias Avanzadas (INEAMAD), del Hospital Nuestra Señora del Rosario de Madrid.

¿Cuáles son las causas del síndrome postvacacional?

Volver a la rutina supone cambio de horarios, obligaciones, entre otros factores. Si a ello se les suma que hay personas que no están motivadas en su trabajo o no se sienten valoradas, es probable que aparezca el síndrome posvacacional, señala el doctor.

Las personas con antecedentes de depresión o ansiedad son más vulnerables a sufrir el ‘bajón’ tras el descanso veraniego. De hecho, también se conoce este trastorno como depresión postvacacional.

Nuestro cerebro debe acostumbrarse a la rutina habitual y los procesos cognitivos deben también ir adaptándose ya que estos procesosque se activan en el mes de septiembre son diferentes a los meses de vacaciones. De hecho, nuestra atención se focaliza en las tareas más urgentes y se pone en marcha un mecanismo de activación para elaborar respuestas y solucionar problemas de forma rápida y efectiva. El cambio de horarios, el mantenimiento de la atención en tareas muy específicas, el retomar responsabilidades pueden llegar a ser un gran ‘peso’ que sólo la adaptación paulatina permite sobrellevar.

Según explica el Dr. Anciones, el comportamiento neuro-afectivo de las personas ante la adversidad puede catalogarse en dos tipos: resilencia o rendición. La resilencia es la que  puede ayudar a sobrellevar el síndrome postvacacional y a que éste no se agrave. En este tipo de personas, las neuronas de la corteza prefrontal media decrecen en su actividad, mientras que las personas que se rinden ante la adversidad suelen sufrir un aumento neuronal en la zona lo que eleva el riesgo de depresión

 Cuándo acudir al médico

Si los síntomas de adaptación persisten más allá de los seis meses se debe consultar con un especialista, señala Ventura Anciones. No obstante para superar las molestias derivadas de esta mala adaptación al cambio de vida desde las vacaciones a la vida laboral, se recomienda seguir algunas pautas, cuando sea posible:

 Medidas contra el síndrome postvacacional

1. Programar el regreso a casa de manera anticipada y relajada. No volver de las vacaciones justo el día anterior a la vuelta al trabajo

2. Al llegar al trabajo, no empezar la actividad de modo brusco. Compartir las experiencias vacacionales con los compañeros y compañeras y así crear un buen ambiente de inicio laboral

3. No llevar trabajo a casa.

4. Hacer ejercicio.

5. Seguir una dieta sana y equilibrada.

6. Dormir las horas necesarias.

7. Seleccionar aquellas actividades que podemos llevar a cabo, y delegar aquellas para las que no estamos tan preparados.

8. Mantener una actitud realista y proactiva, sin sopesar una y otra vez, de manera repetitiva y poco productiva, todas las alternativas a las cuestiones planteadas.

9. Practicar la relajación. 

Alimentos contra el síndrome postvacacional

  • Sal.  Según un estudio de la Universidad Iowa (EEUU) el sodio resulta imprescindible para el intercambio de fluidos en las células y el flujo de información entre neuronas, los seres humanos somos sensibles a los sabores salados. Y cuando el gusto salado inunda nuestro paladar, el cerebro lo agradece activando los circuitos mentales del bienestar y la recompensa.
  • Ácidos Omega-3.  Los estudios han demostrado que los alimentos ricos en este tipo de ácidos (nueces, pescado azul, entre otros) tienen cualidades antidepresivas.
  • Chocolate.  El cacao contiene anandamida, una sustancia asociada a la sensación de felicidad, además el chocolate negro tiene efectos estimulantes, y aumenta  los niveles de alerta del cerebro como la atención. Una buena receta para elevar el rendimiento tras la vuelta de vacaciones.