El calcio es un mineral clave en el embarazo. Se trata del mineral más abundante en el cuerpo. Es esencial para los huesos, los dientes, el tejido conjuntivo y los músculos, y necesario para el buen funcionamiento del corazón, los nervios y los sistemas de coagulación sanguínea.
Su carencia puede provocar detención del crecimiento, raquitismo, osteoporosis o convulsiones. Por ello, este macronutriente incluido en esta categoría porque su concentración en el cuerpo es superior al 0,005% resulta esencial en el embarazo.
Durante la gestación, las deficiencias de calcio se traducen en complicaciones en el propio embarazo, con peligro tanto para la madre como para el niño. Resulta relevante que la mujer embarazada presente unos buenos niveles de este nutriente para evitar problemas como la preeclampsia, un trastorno caracterizado por hipertensión arterial y proteína en la orina. Entre otros factores, un bajo consumo de calcio altera el equilibrio de la presión arterial durante el embarazo. Además, el suplemento de calcio es efectivo para elevar la densidad ósea en los bebes de embarazadas con una baja ingesta de calcio.
DOSIS RECOMENDADAS
El calcio es seguro para las mujeres embarazadas y las que están dando el pecho tomando en las cantidades recomendadas. La Ingesta Diaria Recomendada (RDA, por sus siglas en inglés) por parte del Instituto de Medicina de Estados Unidos es de 1.000 miligramos para las mujeres entre 19 y 50 años embarazadas, o que estén amamantando y de 1.300 para las de 14 a 18 gestantes o dando el pecho.
Para evitar la hipertensión durante el embarazo, es decir, la preeclampsia, se recomienda tomar entre uno y dos gramos de calcio elemental diarios como carbonato de calcio, una de las formas de calcio más empleadas, junto con el citrato de calcio.
En el caso de las gestantes con baja ingesta de este nutriente, se aconseja una dosis para elevar la densidad ósea del feto de entre 300 y 1.300 miligramos al día desde las 20-22 semanas de embarazo.
En todo caso, sobrepasar la dosis aconsejadas no es bueno, por lo que es necesario estimar las cantidades de calcio que se consumen, por ejemplo, unos 300 miligramos al día de los alimentos no lácteos y unos 300 miligramos por una taza de leche.
ALIMENTOS CON ALTO CONTENIDO EN CALCIO
Aunque muchos alimentos presentan elevadas cantidades de calcio, la mejor fuente son los productos lácteos, sobre todo el queso elaborado a partir de leche pasteurizada, principalmente los quesos gruyere, emmental, roquefort, de bola, manchego o de burgos, pero también la leche, el yogur y la mantequilla.
Las verduras con hojas de color verde, como el brócoli, contienen mucho calcio, también en buenos niveles en las acelgas, el cardo, las espinacas y el puerro.
Entre los pescados, el salmón y las sardinas en aceite con espinas poseen grandes cantidades de este mineral. También presentan buenas proporciones de calcio las cigalas, los langostinos y las gambas, seguidas de las almejas, los berberechos y las chirlas.
Los frutos secos, principalmente las almendras y las avellanas, seguidas de los pistachos, también proporcionan buenas cantidades de calcio. En menor volumen, está en nueces, dátiles y pasas.
Los higos secos, los garbanzos, las judías blancas y las habas secas poseen también mucho calcio. Otros alimentos que lo contienen en concentraciones inferiores a 100 mg por cada 100g, son el queso en porciones, las aceitunas, el requesón, y la cuajada, el huevo de gallina, el bacalao, los pasteles y las pastas, las alcachofas y las judías verdes.
Hay alimentos procesados que están enriquecidos con calcio, como el zumo de naranja preparado, los cereales y las galletas.
SUPLEMENTOS DE CALCIO
La Organización Mundial de la Salud (OMS) recomienda la suplementación con calcio durante el embarazo para prevenir la preeclampsia en las mujeres en zonas con baja ingesta de este nutriente. Estos suplementos rebajan el riesgo de sufrir este problema y otros trastornos de hipertensión.
Aunque no hay datos estadísticos en España, algunos estudios realizados sobre la dieta de las embarazadas en nuestro país señalan que su alimentación aporta un nivel de macronutrientes parecido al aportado por la dieta que sigue la población general.
En todo caso, si se lleva una dieta mediterránea o similar no sería necesario tomar ningún tipo de suplemento vitamínico, salvo de ácido fólico antes de la concepción y en el primer trimestre y de yodo desde la preconcepción.
Pero hay casos específicos en los que se recomienda un preparado multivitamínico de ácido fólico, hierro, calcio, zinc, cobre, yodo, vitamina B6, C y D, como en mujeres con trastornos del comportamiento alimentario, con dietas no equilibradas, con bajo nivel económico vinculado a deficiencias de nutrientes, gestaciones múltiples, fumadoras o consumidoras de alcohol y drogas, entre otras.
La suplementación con calcio tiene más efecto en las mujeres embarazadas con alto riesgo de hipertensión, en las cuales además se reduce el riesgo de parto prematuro, y en aquellas que al comienzo de la gestación ya tomaban bajas cantidades de calcio.
Algunos estudios han detectado que la suplementación con calcio reduce el número de nacidos con bajo peso (menor a 2.500 gramos).