El sol tiene efectos beneficios para la salud, como es la sintetizar la vitamina D o mejorar algunas patologías dermatológicas, pero también es el principal causante del cáncer de piel y del fotoenvejecimiento cutáneo.

 

La Dra. Ana Álvarez-Viéitez, dermatóloga del Hospital Nuestra Señora del Rosario nos recuerda que “la piel tiene memoria y cada rayo de sol y cada quemadura que sufrimos quedan registrados en el ADN de las células cutáneas. El cuerpo tiene una defensa natural frente a los rayos ultravioleta, que es la síntesis de melanina, la que le da el tono bronceado, pero a veces ésta no se sintetiza en cantidad suficiente por sí sola para protegerse de esta radiación. Por este motivo, es muy importante evitar las quemaduras solares, y más si son de repetición, ya que las reparaciones celulares pueden llegar a ser insuficientes y provocar un daño genético con mutaciones que pueden derivar en lesiones precancerosas (queratosis actínicas) y cáncer de piel (melanoma o no melanoma).

 

Cualquier exposición al sol debe realizarse con un fotoprotector (hacer deporte, salir a pasear, hacer trabajos de jardinería, etc.). En países como el nuestro se debería usar durante todo el año un FP 30 en las zonas expuestas: cara, cuello, escote, orejas, cabeza y manos (las grandes olvidadas). En verano, debería de ser un FP 50, porque el sol es más fuerte ya que estamos más cerca de la línea ecuatorial.

Los niños no deberían exponerse al sol hasta después del año, ya que su sistema inmune, incluida la piel, no está totalmente desarrollado. Pasado este tiempo, es recomendable poca exposición solar y siempre con FP 50 pediátrico, que tiene filtros físicos que reflejan la luz y no se absorbe.  

 

Forma de aplicar la fotoprotección

 

  • Aplicar 30 minutos de antes de salir de casa
  • Utilizar también en invierno en las zonas expuestas (cara, cuello, escote, orejas, cabeza y manos)
  • Renovar cada 2 horas o después de cada baño
  • La cantidad para todo el cuerpo debe ocupar aproximadamente la palma de la mano
  • Se puede reforzar tratamientos orales que llevan antioxidantes y betacarotenos

 

Otras medidas para protegerse del sol en el periodo estival son no tomar el sol entre las 12:00 y las 16:00 horas, el uso de ropa larga pero ligera, usar gorras o sombreros y gafas de sol con protección UVA y UVB.

 

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