Los profesionales del centro ponen el énfasis en dar respuesta a las necesidades de escucha, apoyo y cuidado de los pacientes

Este domingo, 12 de mayo, se conmemora en todo el mundo el Día Internacional de la Enfermería, fecha que coincide con la del nacimiento de Florence Nightingale (1820-1910), considerada la precursora de la enfermería profesional moderna y creadora del primer modelo conceptual de enfermería. Es una cita para destacar y aplaudir el papel que desarrollan en su cometido diario estos profesionales que, como recuerda el Consejo Internacional de Enfermeras, “salvan vidas y mejoran la salud y el bienestar” de la población, constituyen “los cimientos de unos cuidados de calidad, asequibles y accesibles” y son “un punto de acceso vital 24/7 a cuidados continuados desde el nacimiento hasta el fallecimiento y en emergencias”.

Con motivo de esta celebración, las enfermeras del Hospital Nuestra Señora del Rosario han querido compartir con los ciudadanos lo importante que es para ella trabajar cada día, de un modo tan cercano, con los enfermos.

Quienes desarrollan su tarea en un espacio hospitalario tan especial como la Unidad de Cuidados Intensivos (UCI) comentan: “Es un servicio pequeño y dinámico en el que el trabajo en equipo es esencial y podemos decir que en el nuestro se cumple gracias a todo el personal”. “Las jornadas las compartimos compañeros y pacientes con una gran sonrisa, mientras atendemos sus necesidades de escucha, apoyo y cuidado, intentando que el tiempo que pasen con nosotros sea lo más cálido posible en el terreno humano”, cuentan.

No faltan, obviamente, los instantes malos, porque todo tiene su cara y su cruz, pero es en esas situaciones menos buenas cuando, según expresan, “más conectamos con los compañeros, el paciente y su familia, cuando nos enriquecemos personal y profesionalmente gracias a esa atención integral. ¡Qué importante es tener en cuenta a los enfermos y a sus seres más cercanos, haciéndolos partícipes del proceso con una postura profesionalmente-cercana!”.

Confiesan que su mayor recompensa es comprobar que su forma de hacer enfermería se traduce en la mejoría y la calma de los pacientes y conseguir que en los momentos más duros y difíciles las familias se encuentren acompañadas y arropadas. “Nos adaptamos a cada paciente e intentamos llegar a su corazón; no solo cuidamos de sus cuerpos, también tiramos de ellos para que se aferren a la vida. Esta es una profesión con una altísima dosis de humanidad, sobrevolando los límites de la realidad a diario. Y lo mejor de ella es, seguramente, la huella imborrable que nos dejan algunos de los pacientes”.

También las enfermeras de otros servicios expresan lo gratificante que resulta trabajar como enfermeras, mejorando la salud y el bienestar de los pacientes. Así, quienes atienden en el Servicios de Urgencias aseguran que lo que más satisfacción les ocasiona es “la atención inmediata a los pacientes, proporcionándoles cuidados a todos los niveles (físico, social, psicológico y religioso) y acompañando a los familiares en el proceso”. A fin de cuentas, dicen, “están apoyando a la gente que necesita de nuestros cuidados”.

Para las profesionales de Hospitalización, ser enfermera es, ante todo, “un estilo de vida”, puesto que si “cuidar de uno es amor, cuidar de mucho es Enfermería”. En cualquier caso, su compromiso es absoluto: “Cuando eres enfermera sabes que cada día cambiarás una vida o una vida puede cambiar la tuya”.

Día Internacional de la Enfermería