El doctor Antonio Álvarez-Vieitez, jefe del Servicio de Cardiología, recuerda que es un síntoma muy frecuente y, en muchas ocasiones, carente de gravedad

El dolor en el pecho o dolor precordial es una de las causas más frecuentes de asistencia a urgencias y de consulta cardiológica. De hecho, el 55% de los casos de dolor de pecho que se atienden en urgencias no son debidos a ninguna causa orgánica definida. Más de la mitad de estos son casos de ansiedad, un 35% son provocados por trastornos musculoesqueléticos o por enfermedades digestivas y solamente un 10% tienen un origen cardiovascular, destaca el doctor Antonio Álvarez-Vieitez, jefe del Servicio de Cardiología del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

“Ante un dolor en el pecho deberemos evaluar sus características, la forma de presentación, la localización e irradiación, la afectación al estado general y la historia clínica y familiar del paciente”, explica este especialista. Él será uno de los miembros del Servicio de Cardiología que participe el próximo 23 de abril, a las 18 horas, en la sesión de Martes de Salud dedicada a las dolencias más frecuentes del aparato cardiovascular y programada en la sala de conferencias del hospital, con entrada libre hasta completar aforo.

Causas de los dolores precordiales

Los dolores precordiales, abunda el Dr. Álvarez-Vieitez, se pueden presentar por multitud de causas. Por ejemplo, por alteraciones digestivas, del esófago y del estómago (reflujo gastroesofágico y hernia de hiato), por distensión abdominal e intestinal, por gases y estreñimiento, por reflejos de dolores vesiculares, por pancreatitis, etc. También pueden ocasionarlos alteraciones musculoesqueléticas, como artritis de la articulación de las costillas con el esternón, neuritis intercostales, traumatismos, etc. Igualmente existen causas pulmonares y pleurales en las neumonías, neumotórax, pleuritis o embolismos pulmonares, por causas de ansiedad y nerviosas, con situaciones de estrés y en personas hipocondriacas con pánico a las enfermedades del corazón.

En estos dolores que no son cardiacos son frecuentes las punzadas (duran unos segundos y desaparecen), los que aparecen con determinadas posturas o que se acrecientan al tocarse en la zona dolorida y  las molestias que se acompañan con reflujo del contenido gástrico y acidez en la boca y el esófago, cuando tenemos sensación de plenitud abdominal y gases.

Angina de pecho e infarto de miocardio

Se está ante otra situación muy distinta cuando el dolor se produce por isquemia o falta de riego coronario, pues se trataría de una angina de pecho, o cuando esta ausencia de riego es por una oclusión de la arteria coronaria,  pues se produce un infarto de miocardio. “Las particularidades del dolor coronario pueden ser, a veces, de presentación, localización y características atípicas, pero en la mayoría de las ocasiones es de características opresivas, como si nos estuvieran poniendo un peso en el pecho. Se suele presentar en el centro del pecho, de carácter intenso y con frecuencia se irradia al brazo izquierdo y la mandíbula. Además, acostumbra a producir efecto de mal estado general con sudoración, palidez, dificultad para respirar, mareo, náuseas y sensación de falta de vida”, aclara el experto.

El Dr. Álvarez-Vieitez también recuerda que hay otros dolores en el pecho que también pueden ser del corazón, pero no por angina de pecho: “Son frecuentes las pericarditis en las que el dolor aumenta sobre todo con la respiración y con las posturas, las roturas de aneurismas de aorta y otras patologías menos frecuentes”.

Así pues, concluye, “el dolor en el pecho es un síntoma muy frecuente y en muchas ocasiones carente de gravedad, pero, ante la duda de que pueda ser una angina de pecho o un infarto de miocardio, deberemos acudir a las urgencias o ponernos en contacto con nuestro medico lo más rápido posible, pues el pronóstico de un infarto es infinitamente mejor si es tratado en las seis primeras horas después del dolor”.