Es habitual encontrarnos en nuestro entorno con personas que han sufrido la extirpación de su vesícula biliar, una intervención quirúrgica denominada colecistectomía que no modifica en absoluto la calidad de vida del paciente. Tal operación viene obligada por la presencia de cálculos (o colelitiasis) en este órgano que tiene forma de pequeña “bolsa” y está alojado debajo del hígado.

La existencia de cálculos, como subraya el Dr. Luis Miguel Jiménez Gómez, del Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Nuestra Señora del Rosario, puede producir diferentes síntomas, que van desde el dolor agudo en la parte superior derecha del abdomen o abdomen medio (lo que popularmente se conoce como “la boca del estómago”) a dolores que se dirigen a la espalda, fiebre baja, náuseas, vómitos, así como sensación de hinchazón de barriga. “Si los cálculos pasan al colédoco, esto es, a la estructura tubular por la que se dirige el líquido biliar que desciende del hígado hacia el duodeno (la porción más alta del intestino delgado), además de dolor puede aparecer la ictericia o tono de piel amarillento”.

Además de estos signos, la colelitiasis puede ocasionar otras enfermedades mucho más graves: pancreatitis (inflamación del páncreas), colecistitis (infección o inflamación de la vesícula) o colangitis (inflamación o infección del conducto que comunica el hígado con el intestino). “Por ello, cuando existen estos síntomas o enfermedades hay que realizar un estudio. La prueba diagnóstica más empleada es la ecografía abdominal, que es sencilla, indolora e inocua y que detecta los cálculos de la vesícula. Ocasionalmente, según lo que se evidencie en la ecografía, habrá que realizar otras pruebas (resonancia, endoscopia, etc.)”, profundiza el Dr. Jiménez Gómez.

En el caso de que se diagnostiquen cálculos en el estudio de estos síntomas, se debe extirpar la vesícula mediante cirugía o colecistectomía.

¿Qué pacientes deben operarse de vesícula?  

Según este especialista, todos aquellos que hayan padecido síntomas o enfermedades relacionadas con los cálculos, a excepción de quienes presenten otras patologías importantes, por los riesgos que la intervención pueda conllevar.

¿Cuándo se debe intervenir un paciente de colecistectomía?  

Normalmente se interviene al paciente una vez se ha diagnosticado de colelitiasis y presenta o ha presentado síntomas. “Si bien en la mayoría de las ocasiones se puede llevar a cabo una cirugía programada tras un estudio adecuado, hay situaciones que requieren de una operación urgente para extirpar la vesícula que se encuentra infectada”, abunda el Dr. Jiménez Gómez. En otras ocasiones, las infecciones de la vesícula se tratan al principio con antibióticos y, una vez que mejora, se practica la colecistectomía. 

¿Qué vías de abordaje emplea la colecistectomía? 

La vesícula biliar puede suprimirse mediante cirugía abierta o por laparoscopia. Esta, a diferencia de la primera, emplea incisiones muy pequeñas por las que se introducen una cámara u óptica en el abdomen, así como instrumental quirúrgico.

“Gracias a estas heridas más pequeñas, el postoperatorio es más confortable porque existe menos dolor. De la misma manera, al tratarse de pequeñas incisiones, el resultado cosmético en el abdomen es mejor”, continúa.

¿Qué consecuencias tiene extirpar la vesícula?  

A los pacientes les preocupa cómo afectará a su calidad de vida la colecistectomía. “En nada, todo seguirá igual, salvo que ocasionalmente, y sobre todo en los primeros meses tras la operación, algunas personas experimentan diarreas tras la ingesta de algunas comidas grasas”, concluye el doctor Jiménez Gómez, quien será uno de los intervinientes en la charla inaugural del ciclo “Martes de Salud”, dedicada a las dolencias digestivas frecuentes, programada para el próximo martes, 26 de febrero, a las 19 horas, en la sala de conferencias del Hospital Nuestra Señora del Rosario, con entrada libre hasta completar aforo.