El Dr. Jaime Zorrilla Ortúzar, del Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Nuestra Señora del Rosario, aconseja cambiar de hábitos de vida antes de someterse a una intervención
El reflujo gastroesofágico, ese fenómeno patológico consistente en el paso del contenido ácido y del alimento del estómago hacia el esófago (porción del tubo digestivo que comunica la boca con el estómago), requiere en algunas ocasiones de intervención quirúrgica. El Dr. Jaime Zorrilla Ortúzar, del Servicio de Cirugía General y Aparato Digestivo del Hospital Nuestra Señora del Rosario, comenta que este problema, más común de lo que pudiera pensarse, se origina cuando el músculo (esfínter gastroesofágico o cardias) situado entre el esófago y el estómago no funciona de manera adecuada. “Además, la presencia asociada de una hernia de hiato puede favorecerlo”, añade..
En su opinión, “el reflujo gastroesofágico no tiene por qué producir ninguna sintomatología, aunque con frecuencia provoque una sensación de ardor que a veces asciende hacia la garganta”. Estos síntomas acostumbran a desencadenarse tras la ingesta de comida y suelen agravarse cuando el paciente se tumba. “Otros síntomas pueden ser la afonía y la bronquitis recurrente originada por la irritación que el ácido del estómago causa en la vía respiratoria”, continúa este especialista, quien intervendrá este martes, 26 de febrero, a las 19 horas, en la sala de conferencias del Hospital Nuestra Señora del Rosario, con entrada libre hasta completar aforo, dentro de la charla inaugural del ciclo “Martes de Salud”, dedicada a las dolencias digestivas frecuentes.
¿Qué pacientes deben operarse por el reflujo gastroesofágico?
Antes de someterse a una cirugía para el tratamiento del reflujo gastroesofágico, todo individuo debería probar a cambiar sus hábitos de vida. Evitar tumbarse tras la comida, elevar el cabecero de la cama y reducir la ingesta de alcohol, grasa, cafeína y comidas picantes son algunas de las recomendaciones. Es frecuente asociar a estas medidas la medicación que reduce la secreción ácida del estómago.
“Cuando, a pesar de todas estas recomendaciones, el paciente continúa con sintomatología, está indicada la cirugía”, apunta el Dr. Zorrilla Ortúzar.
¿En qué consiste la cirugía?
La cirugía de la enfermedad por reflujo gastroesofágico consiste en reforzar el esfínter esofágico inferior (cardias), para lo que el cirujano envuelve la parte inferior del esófago con la superior del estómago (fundus). “Hoy en día es una cirugía que, salvo excepciones, se practica por vía laparoscópica, lo que favorece un buen resultado estético y facilita una rápida recuperación del paciente”, subraya el cirujano.
¿Qué consecuencias tiene la cirugía?
El tratamiento quirúrgico de la enfermedad por reflujo gastroesofágico es altamente eficaz y bien tolerado. “Algunos pacientes experimentan dificultades para tragar alimentos sólidos durante los primeros meses tras la cirugía o también es posible que su habilidad para vomitar o eructar se vea limitada con posterioridad a la intervención”, concluye el Dr. Zorrilla Ortúzar.