La Dra. Nieves Mata, responsable de Otorrinolaringología, detalla cuándo sospechar de la sordera de un niño

Entre las diferentes cirugías estéticas por las que las mujeres optan para resaltar o modificar alguna parte de su cuerpo, una de las más comunes hoy en día es la rinoplastia, que encabeza la lista de cirugías más solicitadas en el mundo.

En una noticia publicada en la edición digital de Vogue, el prestigioso Dr. Antonio de la Fuente, jefe del Servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Nuestra Señora del Rosario, comenta también que también es una de las cirugías de las que más se arrepienten las pacientes

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¿Rinomodelación o rinoplastia?

Como se detalla en el reportaje, la rinomodelación consiste en la utilización de sustancias de relleno, como el ácido hialurónico,  para dar volumen y aumentar la proyección de la punta, corregir asimetrías o hacer ver más recto el dorso nasal, lo que permite obtener un resultado inmediato. Al no ser definitiva, su duración es de aproximadamente un año y medio.

Por su parte, la rinoplastia sí es definitiva, irreversible. Su finalidad es reparar o remodelar los defectos propios de la nariz. Además de por motivos estéticos, se puede efectuar para resolver problemas respiratorios.

La información de Vogue aconseja también, en el caso de que una persona se decida a someterse a una cirugía plástica, acudir a un profesional certificado. En el caso del Dr. De la Fuente, se trata de un cirujano con más de cuatro décadas de experiencia y un gran reconocimiento nacional e internacional. “Hay que tener en cuenta que los resultados no son predecibles al 100%, las expectativas y resultados reales dependen de factores como la anatomía del paciente y su proceso de cicatrización, ambos hacen único el caso de cada paciente”, leemos en la revista. En nuestro país, 1 de cada 1.000 niños puede presentar pérdida de audición al nacimiento o desarrollarla de forma tardía a los 3 años de edad. Así lo apunta, en un amplio reportaje publicado en el portal Infosalus, de la agencia de noticias Europa Press, la Dra. Nieves Mata, jefa del Servicio de Otorrinolaringología del Hospital Nuestra Señora del Rosario. De hecho, según comenta, es muy recomendable que durante los 5 primeros años de vida, educadores y progenitores observen al niño para buscar signos indirectos de hipoacusia.
Entre estos signos de que habla la especialista, que es también miembro de la Sociedad Española de Otorrinolaringología y de la Asociación Madrileña de Otorrinolaringología, están que la voz del progenitor no tranquilice al bebé, que este no gire la cabeza cuando le hablan, que no diga ‘pa-ma’ a los 6-9 meses, ni preste atención a los cuentos, ni repita palabras o parezca que está en su mundo.

¿Qué es la hipoacusia?

La hipoacusia es la incapacidad total o parcial para oír sonidos en uno o en ambos oídos. Esta pérdida puede ser leve, moderada, grave y profunda. Esta última es la que denominamos comúnmente sordera. En algunos casos, además, es progresiva, es decir, que empeora con el paso del tiempo. También hay hipoacusias transitorias. No obstante, la mayor parte de las hipoacusias o sorderas infantiles graves o profundas están presentes en el momento del nacimiento, y más de un 60 % pueden tener origen genético.

¿Cómo detectarla?

A juicio de la Dra. Mata para evitar el diagnóstico de la pérdida de audición de forma tardía, existen planes de detección precoz de la pérdida de audición al nacimiento en todas las comunidades autónomas. Además, la consecuencia más grave de la sordera, si no se detecta a tiempo, es la ausencia del lenguaje. Por eso, como apunta la experta, el objetivo es diagnosticar a los niños con pérdida de audición antes de los 6 meses de edad para que el desarrollo del lenguaje sea adecuado.

Por último, la Dra. Mata insiste en que, ante cualquier niño con retraso en el aprendizaje o en la adquisición del lenguaje, conducta distraída o desinterés o problemas de comportamiento, hay que sospechar de una pérdida de audición. Recomienda, por ello, visitar al especialista para descartar moco en el oído o una afectación del oído interno.

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