La celebración cada 19 de octubre del Día Internacional contra el Cáncer de Mama es una inmejorable ocasión para recordar la importancia de los programas de cribado poblacional, pues reducen la morbilidad y la mortalidad prematuras del cáncer, así como para poner en valor pruebas como la mamografía para diagnosticar el que es el segundo tumor más diagnosticado en España, el más frecuente en la mujer y cuya incidencia ha aumentado en los últimos años.
En una entrevista para la plataforma de salud de OK Diario, la Dra. Myriam Montes, jefa de la Unidad de Imagen Mamaria y Densitometría del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, así como miembro de la Sociedad Española de Radiología Médica (SERAM), recomienda bajar la edad del cribado de cáncer de mama a los 40 años en consonancia con las guías americanas y con la tendencia de las guías europeas.
“Comenzar con los controles con mamografía a los 40 años supone prevención secundaria del cáncer de mama. El diagnóstico precoz salva vidas, y el cáncer de mama es la segunda causa de muerte en las mujeres en torno a los 40 años. Se debería hacer un esfuerzo por incluir a estas mujeres en el cribado de cáncer de mama del sistema de salud, dada la mayor incidencia de cáncer de mama en mujeres menores de 50 años que venimos observando en los últimos años”, afirma con rotundidad la radióloga.
Sobre la actual situación en España, apunta que si una mujer acude porque se ha notado un bulto en la mama, a partir de los 30 años se le realizará una mamografía, y si es menor de 40 años, una ecografía. “En el caso de las mujeres sanas, estaríamos hablando de cribado de cáncer de mama, que es una intervención que busca detectar precozmente el cáncer de mama, es decir, antes de que aparezcan síntomas, realizando mamografías periódicas. Esto redundará en un importante beneficio de reducción de la mortalidad por cáncer de mama e implicará muy probablemente tratamientos menos agresivos”. El sistema de salud español ofrece hoy en día la realización de una mamografía cada dos años a partir de los 50 años hasta los 69 años. En algunas comunidades autónomas, se comienza a los 45 años.
Periodicidad de la prueba
La Dra. Montes también es partidaria de que las mamografías, entre los 40 y 50 años se hagan anualmente y no cada dos años, como ahora mismo. “Los controles bienales se estandarizaron hace muchos años cuando comenzó el cribado y desde entonces han cambiado muchas cosas. En muchos casos, la periodicidad bienal es suficiente para detectar precozmente un cáncer de mama, sobre todo en los cánceres más frecuentes que se dan en mujeres posmenopáusicas de tipo hormonal, porque presentan un crecimiento lento. Sin embargo, hay otros tipos de cánceres, que son más frecuentes en mujeres jóvenes, con una biología más agresiva y crecimiento rápido, en el que la periodicidad bienal puede quedarse corta”.
De igual modo, la especialista sugiere que se amplíe el cribado al menos hasta los 75 años, ya que en España se ofrece ahora hasta los 69: “Esta recomendación, que no se ha modificado desde hace muchos años, no refleja nuestra realiza actual. Dada la esperanza de vida tan alta de una mujer a día de hoy, las mujeres mayores de 69 años también pueden beneficiarse de un diagnóstico precoz, no sólo en reducción de mortalidad, sino también en el beneficio de tratamientos menos agresivos”.
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