Procesos catarrales de vías altas, abuso vocal, consumo de alcohol o tabaco y reflujo del ácido del estómago, entre sus causas más frecuentes

La voz es un elemento vital en la comunicación entre seres humanos que empleamos, de forma cotidiana, en la mayoría de los ámbitos de nuestra vida: ocio, relaciones sociales, trabajo… Hay, además, un grupo amplio de profesionales que requieren de ella de forma ineludible, como docentes, actores/actrices, locutores de radio/televisión, monitores de gimnasio, teleoperadores y un largo etcétera… Cuando se produce una pérdida del timbre normal de la voz, estamos ante una disfonía, un trastorno que, como comenta la Dra. Paula Martínez Pascual, del Servicio de Otorrinolaringología (ORL) del Hospital Nuestra Señora del Rosario, puede alcanzar una prevalencia de hasta el 75% en estos grupos específicos de la población y que, además, “es muy probable que toda persona vaya a experimentar en algún momento de su vida”.

Según explica la especialista, el paciente va a referir los síntomas principalmente como “ronquera”, “afonía”, “pérdida de voz”, “fatiga vocal” o “voz aérea”, ya sea de una manera puntual (por ejemplo, a causa de un proceso infeccioso de las vías aéreas superiores) o de un modo crónico (por otro tipo de afecciones laríngeas).

Causas de la disfonía

Las causas más frecuentes de la disfonía, como pone de relieve la Dra. Martínez Pascual, son las siguientes:

  • Procesos catarrales de vías altas (laringitis aguda)
  • Abuso vocal (típico de profesionales de la voz)
  • Consumo de irritantes como el tabaco o el alcohol
  • Reflujo del ácido del estómago

Al mismo tiempo, las menos habituales son:

  • Traumatismos laríngeos
  • Parálisis de las cuerdas vocales
  • Intubación prolongada (típico de pacientes con estancias previas en unidades de cuidados intensivos)
  • Tumores de laringe

 

¿Cómo se diagnostica?

La Dra. Martínez Pascual subraya que, ante la aparición de estos síntomas, es preciso acudir a un especialista en Otorrinolaringología: “En primer lugar efectuamos una historia clínica, preguntando por las causas o los factores predisponentes típicos (tabaco, abuso vocal…) y, a continuación, realizamos una exploración completa de las vías aéreas superiores. En este punto es clave explorar la laringe mediante una fibrolaringoscopia”.

Esta prueba consiste en introducir una pequeña cámara a través de las fosas nasales para ver las estructuras laríngeas y comprobar su integridad o la presencia de lesiones. “Se hace en consulta y apenas dura unos 10 segundos. Es la mejor prueba para ver la laringe de una manera rápida”, aclara la experta, quien añade que “de esta forma, el paciente sale con la certeza de que en apenas unos minutos se ha evaluado y explorado su problema vocal con el procedimiento más completo”.

¿Cómo se trata?

El tratamiento de la disfonía dependerá de su causa. En muchos casos de laringitis, el tratamiento consiste en medicación, ya sea con antiinflamatorios (en ocasiones corticoides) o con fármacos para prevenir el reflujo del ácido del estómago, y la prescripción de cambios en la dieta.

En algunas ocasiones, sin embargo, el tratamiento requiere una cirugía. Esta intervención se lleva a cabo bajo anestesia general, se reseca la lesión causante de la disfonía y el paciente es dado de alta al día siguiente. El postoperatorio es muy llevadero, ya que la única medida a adoptar es el reposo vocal durante unos días.

“Ante la sospecha de la existencia de una lesión maligna como causante de la disfonía, se debe realizar una biopsia en quirófano bajo anestesia general para salir de dudas y así elegir el tratamiento más adecuado”, concluye la Dra. Martínez Pascual.

En otros casos el tratamiento va a consistir en la rehabilitación con foniatría, por lo que el Otorrinolaringólogo derivará al paciente a un foniatra.