Esta arritmia la padecen más de un millón de personas en nuestro país

Entendemos por arritmia cualquier cambio en la secuencia normal de los impulsos eléctricos del corazón, en su ritmo de latido: es demasiado rápido, excesivamente lento o irregular. Si este órgano vital no late correctamente es incapaz de cumplir su misión, que no es otra que bombear la sangre y hacer que circule. Las consecuencias de esta disfunción son fácilmente imaginables: la sangre se puede coagular y los pulmones, el cerebro y otros órganos no pueden funcionar adecuadamente, lo que produciría graves problemas de salud, como un ictus, un infarto o una muerte súbita.

Entre los síntomas que delatarían la posible existencia de una arritmia están las palpitaciones, los mareos, el síncope, el dolor torácico, la pérdida de conocimiento, etc. Eso sí, como nos recuerda el Dr. Julián Pérez-Villacastín, presidente electo de la Sociedad Española de Cardiología y jefe de la Unidad de Arritmias del Hospital Nuestra Señora del Rosario, no todas las arritmias son iguales ni provocan los mismos efectos.

Este especialista señala que existe una que apenas ocasiona síntomas y que se hace más común con el envejecimiento: la fibrilación auricular, que en España la padecen en torno a un millón de ciudadanos. “Se trata de una enfermedad caracterizada por unos latidos descoordinados de las aurículas del corazón, lo que provoca un ritmo rápido e irregular”, apunta el Dr. Pérez-Villacastín, quien añade que “además de un mayor riesgo de ictus, favorece otras enfermedades como la insuficiencia cardiaca”.

Alerta, asimismo, de que la posibilidad de que alguien con fibrilación auricular padezca un accidente cerebrovascular se incrementa con la edad y con la presencia de hipertensión, insuficiencia cardiaca, diabetes o antecedentes de accidente cerebrovascular y accidente isquémico transitorio previo.

¿Es posible prevenir la fibrilación auricular?

Según comenta este cardiólogo, que también es jefe de la Unidad de Arritmias del Hospital Clínico San Carlos, si llevamos una vida con hábitos saludables, podremos protegernos de las enfermedades cardiovasculares y, lógicamente, de la fibrilación auricular. Eso sí, para ello deberemos cumplir estos consejos:

  • Seguir una dieta sana y equilibrada
  • Realizar ejercicio regular
  • Controlar el peso
  • Evitar el alcohol y el tabaco
  • Mantener bajo control la presión arterial y el colesterol.
  • Someternos a revisiones periódicas