El Dr. Torres Imaz recuerda que es la segunda causa de ceguera en el mundo y la primera de ceguera irreversible
El glaucoma es una enfermedad del nervio óptico que, de no tratarse a tiempo, provoca un deterioro en la visión, hasta el punto de causar ceguera. ¿Cuándo se origina? Cuando la presión intraocular es más elevada de lo que el ojo puede soportar, provocando una reducción de la visión lateral.
Según explica el Dr. Ramón Torres Imaz, jefe del Servicio de Oftalmología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, estamos ante una patología crónica que es la segunda causa de ceguera en el mundo y la primera de ceguera irreversible. Insiste igualmente en la necesidad de un diagnóstico precoz. Y ello porque el glaucoma resulta muy difícil de detectar hasta que se encuentra en una fase avanzada, ya que no suele presentar síntomas en las fases iniciales.
“El diagnóstico precoz es fundamental para el control de la enfermedad”, abunda, para añadir: “No olvidemos que la mitad de los pacientes desconoce que tiene glaucoma, razón por la que consideramos que es fundamental que se haga un buen diagnóstico”.
¿Cuáles son las causas de la enfermedad?
Los mecanismos causantes no son muy conocidos. La razón más frecuente de que se produzca la elevación de la presión es un inadecuado funcionamiento de las estructuras que se encargan del drenaje del líquido que ocupa la parte anterior del ojo (humor acuoso). En opinión del Dr. Torres Imaz, “la elevación de la presión intraocular, junto con otros factores, origina un daño progresivo del nervio óptico que, en estadios finales de la enfermedad, puede llevar a la ceguera”.
Necesidad de una revisión anual
Aunque se pueda considerar que aconsejar una visita cada año al especialista es innecesario, lo es y mucho. Es muy recomendable acudir al oftalmólogo para una revisión anual en la que se descarte la enfermedad. En este sentido, el jefe de Oftalmología del centro insiste en que, dada la ausencia de síntomas, “al glaucoma se le denomina la ceguera silenciosa. Es importante tener en cuenta que los daños ocasionados por esta patología son irreversibles, por eso es fundamental la prevención”.
En caso de que se diagnostique un glaucoma a un paciente, lo primero es determinar en qué estadio se encuentra e iniciar el tratamiento más adecuado. Por lo general este irá encaminado a reducir la presión para prevenir la pérdida de visión. Habitualmente, el tratamiento inicial es el médico, con la prescripción de gotas que permiten disminuir la producción de humor acuoso o facilitan su eliminación.
Enfermedad neurodegenerativa
El glaucoma es una enfermedad neurodegenerativa, que no tiene cura. El daño en el nervio óptico es irreversible, pero con un diagnóstico precoz y un tratamiento establecido a tiempo, se puede controlar y detener. Eso sí, es necesario mantener un seguimiento de por vida, pues la presión puede aumentar con el tiempo y el nervio óptico seguir dañándose.
Por último, el Dr. Torres Imaz aclara que aunque existe una tendencia a agrupación familiar, es decir, si tenemos antecedentes de glaucoma en la familia, es posible que exista una tendencia a desarrollar la enfermedad, “el glaucoma no es una enfermedad con herencia directa de padres a hijos”.