Durante el embarazo son más frecuentes de lo habitual las infecciones urinarias. De hecho, el 20% de las embarazadas presentan una infección de vías urinarias bajas.

 

infecciones urinarias

Este incremento del riesgo se debe a diversos factores: dilatación ureteral por comprensión uterina, reflujo besico ureteral, estasis vesical (el llenado vesical es más frecuente) y un aumento de la función renal con elevación del pH urinario.

Serán las pacientes con un historial de infecciones de repetición, litiasis renal, malformaciones uroginecológicas, enfermedades neurológicas que dificulten el vaciado vesical, reflujo vesical ureteral, insuficiencia renal, Diabetes mellitus y multiparidad, las que se verán más afectadas por la aparición de esta patología.

Como causa de las infecciones renales, la Escherichia Coli, procedente de la flora bacteriana, es el organismo más habitual.

Estas infecciones pueden repercutir sobre la evolución de la gestación mediante tres mecanismos diferentes, tal y como explica el Dr. Rafael Agustín Echevarría, ginecólogo del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

  • Por acción sobre el útero, ya que se ha demostrado en estos casos el aumento de actividad uterina.
  • Por el paso de gérmenes o toxinas al compartimento fetal.
  • Por afectación materna con lesiones de diversos grados de la estructura noble renal.

Tipos de infección

Según la zona afectada, hay diversos tipos de infección. Las que afectan a las vías bajas son la Bacteriuria asintomática y la cistitis aguda.

La primera suele darse en el primer trimestre de gestación y es la presencia de bacterias en cultivo de orina sin síntomas clínicos de infección urinaria.

En el caso de la segunda, la cistitis aguda, hablamos de un síndrome caracterizado por una urgencia miccional que cursa con dolor al orinar (disuria) y dolor suprapúbico. No suele darse dolor lumbar ni fiebre.

Cuando la zona afectada son las vías altas hablaremos de una pielonefritis aguda. «Se trata de una infección del parénquima renal que cursa con dolor costovertebral, fiebre, náuseas y vómitos. En la mayoría de los casos requiere hospitalización», afirma el experto.

Tratamiento

Las infecciones urinarias, de mayor o menor grado, se tratan con antibioterapia, siempre prescrita por un especialista. Los protocolos de asistencia tocológica marcan una serie de pruebas analíticas por trimestre gestacional que permiten al tocólogo detectar, diagnosticar y tratar estas infecciones preservando la salud de la madre y del feto, con vistas a la consecución de una gestación con un final adecuado y propicio para ambos.