La Dra. Dálifer Freites Núñez, especialista en Reumatología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, ofrece algunas recomendaciones para contrarrestar los efectos de esta enfermedad

La artrosis, patología reumática que lesiona el cartílago articular que recubre los extremos óseos de las articulaciones, afecta al 10 % de la población española y aumenta su frecuencia con la edad, especialmente a partir de los 40-50 años, como pone de manifiesto la Dra. Dálifer Freites Núñez, especialista en Reumatología del Hospital Nuestra Señora del Rosario. La experta también destaca que existe una gran variabilidad en la expresión de esta enfermedad: “Aunque la mayoría de los pacientes presenta dolor articular y limitación funcional, la edad de aparición de la dolencia, la secuencia de la afectación articular y la progresión de la enfermedad varían en función de cada persona”.

La doctora Freites Núñez es uno de los expertos que intervendrán en la segunda charla de Martes de Salud, dedicada a las patologías más frecuentes del aparato locomotor, que se celebra el próximo 26 de marzo, a las 18 horas, en la sala de conferencias del hospital, con entrada libre hasta completar aforo.

Según explica, estamos ante una enfermedad crónica que se desarrolla a lo largo de muchos años, que no siempre es progresiva y que afecta a diferentes articulaciones del cuerpo, aunque normalmente se localiza en la columna, el hombro, la cadera, la rodilla y los dedos de las manos y de los pies. “Cuando el cartílago articular se lesiona, puede producir dolor, rigidez e incapacidad funcional”, detalla la doctora Freites Núñez.

Artrosis versus artritis

La artrosis no presenta síntomas generales. El principal síntoma de su existencia es el dolor, que es de tipo mecánico, es decir, se desencadena con los movimientos, suele empeorar cuando se realiza un sobreesfuerzo y mejora con el reposo.

Aunque muchas veces se confunde, es fundamental diferenciar la artrosis de la artritis. En esta, el dolor es inflamatorio, generalmente matutino o nocturno (puede despertar al paciente durante la noche), en ocasiones es continuo y no mejora con el reposo. Además, asocia hinchazón, aumento de temperatura y enrojecimiento de las articulaciones afectadas y, en este caso, la rigidez es fundamentalmente por la mañana. En ocasiones, la artritis, además de aquejar las articulaciones, puede afectar otros órganos, como en el caso de la artritis reumatoide.

Causas y tratamiento

La causa de la artrosis es la suma de factores genéticos y ambientales. Aunque es cierto que en ocasiones existe una causa clara, como un traumatismo previo, hay factores de riesgo determinantes, como la edad (a mayor edad, más probabilidad de padecer artrosis), el sexo (las mujeres tienen más artrosis que los hombres), la obesidad, la falta de ejercicio físico, las sobrecargas de la articulación o las alteraciones en la postura influyen en el desarrollo de esta patología. “Modificar estos factores está al alcance del propio paciente, tanto para prevenir, como para retrasar los síntomas y favorecer el tratamiento”, abunda la doctora Freites Núñez.

“En la artrosis, el objetivo del tratamiento es contrarrestar el dolor, retrasar la evolución de la enfermedad y mejorar la calidad de vida. Para ello existen varias alternativas terapéuticas que incluyen medidas físicas, fármacos y cirugía”, aclara la especialista.

Recomendaciones

Además del tratamiento que aplique el médico, es recomendable que la persona con artrosis intente seguir un estilo de vida saludable. La doctora Freites Núñez da, al respecto, las siguientes recomendaciones:

      • Evitar la obesidad, para lo que es conveniente llevar una dieta equilibrada y realizar ejercicio de manera regular. La dieta típica mediterránea, rica en legumbres, ensalada, aceite de oliva y pescado, puede ser beneficiosa.
      • Aplicación de calor local, en forma de baños de agua o mediante manta eléctrica.
      • En algunos casos concretos, es aconsejable el uso de férulas, bastón o plantillas.
      • Usar un calzado adecuado.
      • Mantener una adecuada y correcta postura para todo trabajo, movimiento o posición que se realice.
      • La actividad física es fundamental. Es conveniente practicar ejercicio aeróbico de manera regular (caminar, nadar, montar en bicicleta), pues ayuda al control de la enfermedad, a mejorar el dolor y el rango de movilidad, a controlar el peso y a fortalecer la musculatura. Es recomendable igualmente evitar los deportes de contacto físico y aquellos en los que sean frecuentes los impactos o saltos.