La cirugía vascular ha avanzado de forma muy importante en las últimas décadas, tanto en las técnicas de diagnóstico como en los tratamientos.
La llegada de tecnología como la ecografía-doppler, la angio-tomografía y la angio-resonancia permiten obtener unos diagnósticos más precisos, lo que se traduce en unos tratamientos más personalizados y eficaces.
Además la posibilidad de tener arcos portátiles de rayos x en los quirófanos o quirófanos híbridos ha permitido que se puede llevar a cabo lo que se conoce como cirugía Endovascular.
Este tipo de cirugía se caracteriza por ser mínimamente invasiva, por ejemplo permitiendo corregir un aneurisma de aorta a través de una incisión mínima que se realiza en la ingle y que permite al especialista, gracias a la tecnología, llegar hasta la aorta.
También ha avanzado mucho el tratamiento de los problemas venosos en las extremidades inferiores: las varices. En casos no muy graves se puede evitar el tratamiento quirúrgico, que también ha avanzado mucho en los últimos años.