La vida de un embrión comienza en el momento de la concepción. Éste, una vez se ha adherido al útero, secreta una hormona denominada gonadotropina coriónica humana (GCH), que informa a los ovarios de que se ha producido el embarazo y que no necesita más ovulaciones, ni proseguir la menstruación. Esta hormona es la que se detecta en las pruebas de embarazo.

El Dr. Fernando Martín Caballero coordinador del Servicio de Ginecología del Hospital Nuestra Señora del Rosario explica en una entrevista en TVE, los cambios que experimenta el útero materno y porqué se produce la distensión abdominal.

“El útero al crecer, conforme aumenta la gestación, no sólo aumenta hacia delante, sino también hacia abajo, para poder albergar al feto. Este fenómeno evolutivo afecta al estómago, los intestinos. De hecho, el crecimiento hacia delante involucra a los músculos abdominales, lo que provoca cambios en las costillas hasta en el tórax. Uno de los motivos por los que las gestantes tienen sensación de plenitud, que cede con el alumbramiento”, aclara el doctor Caballero.

De hecho, el útero empieza a crecer desde el principio mismo del embarazo y estos son sus principales cambios:

  • En apenas nueve meses, su tamaño tiene que aumentar de 6,5 cm a 32-33 cm.
  • Su peso pasa de unos 50 o 60 g a más de 1 kg.
  • Su capacidad aumenta de 2 o 3 mililitros a 4 o 5 litros.

¿Qué pasa tras dar a luz con el útero y la musculatura de la mujer?

Sin embargo, durante lo que llamamos la cuarentena, que es “el tiempo en el que tanto el útero como el resto de los órganos vuelven a su tamaño se produce la recuperación espontánea de la figura de forma paulatina. Por ejemplo, la piel es muy elástica y se recupera antes que el útero, pero nunca llega a tener una recuperación total”. Muchas mujeres tienen también una línea oscura debajo del abdomen llamada línea nigra y una maraña de estrías, las cuales son en realidad pequeñas cicatrices producidas por el intenso estiramiento de la piel.

 A partir del momento en que nace el bebé, los cambios hormonales hacen que la parte central de tu abdomen se desinfle y disminuya el tamaño hasta parecerse al estado previo al embarazo. El útero tarda unas cuatro semanas en contraerse a su tamaño normal.