Que el cuidado del pelo es una preocupación que ya existía en la Antigüedad y que ha ido creciendo con el paso del tiempo es una realidad incontestable. Así lo atestigua la Dra. Irene Pinilla, especialista en Tricología del Servicio de Cirugía Plástica y Medicina Estética del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, quien comenta que, más allá de que el 95% de sus pacientes expresen en consulta su preocupación por la alopecia androgenética o calvicie común, cada vez son más los que demandan información para mejorar la calidad y el aspecto del cabello, aunque no tengan ninguna patología.

La experta recuerda que, al igual que la piel, el pelo envejece con el paso del tiempo y de ahí que “sea muy importante su cuidado diario y la prevención de situaciones que puedan castigar y empeorar la calidad tanto del cabello como del cuero cabelludo”. Así, de cara al verano, aconseja especial atención, pues el pelo también sufre la agresión de la radiación solar. “Esos reflejos dorados con los que volvemos después de las vacaciones estivales son quemaduras solares en el pelo, al igual que sucede con la piel, y que aparecerán en caso de que no nos protejamos de la radiación solar con los protectores capilares adecuados, como filtros cosméticos y gorras o pañuelos”, asegura.

La Dra. Pinilla también insiste en que “el sol hace que nuestro pelo pierda agua, aminoácidos, lípidos y pigmentos (se decolora), dando un aspecto seco y quebradizo. Cuando hay abundante pelo, la raíz queda protegida, pero en los casos de alopecia, puede que el sol dañe la piel del cuero cabelludo y los folículos pilosos mediante radicales libres, generando inflamación y otras agresiones indirectas”.

Igualmente dañinas para el cabello son la contaminación ambiental y la polución, ya que representan micropartículas que se introducen en los folículos del cabello y alteran su calidad. Ciertos productos, el tabaco, el estrés o los cambios de temperatura pueden afectar definitivamente la evolución y la calidad capilares. “Elegir y asesorarse convenientemente sobre los productos para la higiene capilar (champús, acondicionadores) es básico”, recomienda.

Desmontando mitos

Como sobre tantos asuntos, también en torno al pelo han surgido algunos mitos y leyendas urbanas que la Dra. Pinilla se apresura a desmontar. Así, no es cierto que lavarse a menudo el cuero cabelludo estropee el pelo y provoque que se caiga más. “En ciertas situaciones es necesario lavarse el pelo a diario y no por ello va a haber mayor caída capilar ni se van a experimentar otras alteraciones. Es fundamental lavarse el pelo cuando esté sucio para mantenerlo sano.  Hay que mantener un adecuado PH de la piel del cuero cabelludo y no alterar la microbiota, pero eso no quiere decir que usando los productos adecuados no podamos realizar un lavado diario”, puntualiza.

Del mismo modo afirma que no hay evidencia científica suficiente sobre la efectividad de los champús anticaída, tan recurrentes en publicidad: “Su escasa permanencia en el cuero cabelludo dificulta que tengan efectos sobre el crecimiento del pelo, pero sí pueden ayudar a mantenerlo hidratado y fuerte, mejorando la calidad de la cutícula del pelo, la piel del cuero cabelludo”. Es importante incidir en que estos productos pueden frenar la caída siempre que se empleen como complementos de los tratamientos farmacológicos orales o tópicos formulados por los especialistas.

Por último, la tricóloga sí recalca que lo que comemos afecta al pelo. Así, una dieta alta en azúcares va a ser destructora directa del colágeno, esa sustancia tan importante para todo el cuerpo, en especial para la piel, pues da un correcto soporte también al buen crecimiento del folículo piloso. “Hoy en día, por el ritmo de vida que llevamos, con frecuencia recurrimos a la alimentación basada en procesados y para contrarrestar los déficits optamos por los suplementos o nutricosméticos. En ese caso, la nutricosmética contribuirá a mejorar la raíz del folículo piloso en profundidad y eso, externamente, se traduce en una mejor calidad del tallo piloso (la parte visual externa del pelo)”, concluye la Dra. Pinilla.