La liposucción es el único tratamiento posible, afirma la Dra. Carmen Iglesias, del Servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Nuestra Señora del Rosario

Entre el 5% y el 7% de las mujeres presenta lipedema, una deformidad característica de la grasa, localizada generalmente en las piernas, aunque también puede darse en los brazos, que las desfigura de manera desproporcionada. “Además de que no responde a la dieta ni al ejercicio físico, su única solución pasa por la liposucción”, destaca la Dra. Carmen Iglesias, del Servicio de Cirugía Plástica, Estética y Reparadora del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

Conocido como hinchazón dolorosa de las piernas, se trata de una hiperplasia de grasa en muslos, caderas, glúteos, rodillas, pantorrillas y tobillos, que siempre respeta los pies. Suele asociarse a dolor al tacto en esas localizaciones, dolor espontáneo en las extremidades que puede aumentar con el ejercicio, pesadez de la extremidad, marcada tendencia a formar hematomas por mínimos traumatismos y laxitud cutánea. “Casi siempre afecta a mujeres que han tenido sobrepeso en su juventud”, explica la Dra. Iglesias, quien añade que “este aumento de volumen es bilateral, simétrico y uniforme en ambas extremidades inferiores; además, es característico por debajo de las rodillas y sin afectar al pie, por lo que aparece el signo del anillo adiposo en el tobillo”.

¿Cómo se diagnostica  y trata el lipedema?

El diagnóstico es clínico y siempre hay que descartar enfermedades concomitantes que produzcan edemas. “Se recomienda hacer un ecografía Doppler para estudiar el sistema venoso y una linfografía para ver el linfático, siempre pensando en la cirugía y en el tratamiento conservador posterior a la misma”, apunta la cirujana plástica.

El primer paso es conseguir una mejoría en el peso de aquellas pacientes que lo precisen, aunque este paso es extremadamente difícil. “La causa del lipedema no radica en una mala alimentación, por lo que las dietas y el ayuno no lo solucionan. El sobrepeso y la obesidad, deben tratarse por profesionales especializados en programas de ejercicio físico y reeducación de los hábitos alimentarios”, subraya la especialista.

El único tratamiento es la liposucción, que elimina el tejido graso hiperplásico a través de pequeñas incisiones, devolviendo la forma a las piernas. Con esta técnica se consigue disminuir el dolor y la tendencia al sangrado y se mejora la clínica de pesadez. En general, es necesario efectuar más de una intervención, siendo la media de tres para conseguir los mejores resultados, tanto estéticos como funcionales.

“Las intervenciones deben separarse entre tres y seis meses y los resultados se pueden mantener estables en el tiempo si se controla el peso de la paciente, se practica ejercicio y se usan medias de compresión”, asegura la Dra. Iglesias, que insiste en que la lipoaspiración debe efectuarse exclusivamente por especialistas en cirugía plástica.

Según comenta, existen muchas técnicas de lipoaspiración y no todas son válidas para el tratamiento del lipedema: “Aquellas en las que se practica una aspiración con cánulas que producen calor no son recomendables. La más idónea es la liposucción linfática selectiva, pues permite una aspiración de la grasa con la menor agresión sobre el tejido linfático”.

En el postoperatorio, las medias de contención son fundamentales para conseguir un buen resultado. De hecho, según la evolución de cada caso, estas deben mantenerse con posterioridad. “Para lograr unos resultados permanentes es aconsejable mantener el peso y hacer ejercicio de manera sistemática”, concluye la Dra. Iglesias.