En España nacen unos 29.000 bebés antes de llegar a término y se consideran prematuros a los nacidos antes de la semana 37 de gestación. Para que todos ellos sobrevivan sin problemas, los hospitales están llenos de profesionales especializados que, desde las Unidades de Neonatología, cuidan de ellos, investigan nuevas técnicas que favorezcan su recuperación y miman a esos padres aterrados que velan por sus hijos.
Pero, como apunta el coordinador de Neonatología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, Krzysztof Kuder, no es lo mismo un prematuro tardío de entre 34-36 semanas que uno de entre 26-28 semanas. “Si hablamos de los primeros, los mecanismos son muy similares a los de un niño en tiempo. Sin embargo, aquel que nace con problemas respiratorios debido a su semana de gestación requerirá de una actuación bastante más aparatosa. Estos pueden tener problemas respiratorios severos”.
Kuder asegura que primero se actúa en el mismo paritorio, donde se estabiliza su función respiratoria y circulatoria, y posteriormente se le trasladará a la unidad de cuidados intensivos. Este transporte se realiza en una incubadora que tiene unas condiciones adecuadas de calor, humedad y oxígeno.
“Una vez en la UVI neonata, comienza la segunda valoración más especial: determinar si necesita ventilación artificial y buscar una vía para poder administrar los fármacos. Si sigue en estado grave, no podrá comer por lo que se le alimenta a través de los goteros y desde el primer momento”.