Coincidiendo con la celebración de la Feria del Libro de Madrid, el equipo de audiólogos de la Unidad de Sordera y Vértigo del Hospital Nuestra Señora del Rosario nos recuerdan que la muestra puede ser una buena oportunidad para introducir a nuestros niños en el hábito de la lectura. El gusto por la lectura se adquiere desde la más tierna infancia hasta llegar a incorporarlo en la rutina diaria. Esta premisa es idéntica para todos los niños, incluidos los que padecen problemas de audición.

Es bueno que el niño sordo o con dificultades auditivas se familiarice con los libros desde edades tempranas, como cualquier otro niño. Por eso, debemos aprovechar eventos como la Feria del Libro para acercarnos con ellos a las casetas, que vean los libros, que los toquen, que pregunten por ellos y que quieran abrir alguno que les llame la atención. Leer cuentos les gusta, les estimula y ayuda en su desarrollo.

Sin embargo, en el caso de un niño con problemas auditivos hay que seguir una serie de pautas que no tenemos en cuenta con los niños que oyen bien y que Belén Lombardero, de la Unidad de Sordera y Vértigo del Hospital Nuestra Señora del Rosario, explica a los padres de una manera sencilla: “Nuestra recomendación es sentar al niño sobre las piernas del lector poniendo el cuento delante de los dos, de manera que puedas hablarle muy cerca de sus oídos. Aunque aguante poco tiempo, hay que tener paciencia y conseguiremos mantener su atención cada vez más tiempo.”

Otra opción -dependiendo de la edad del niño- es sentarnos cómodamente a su lado, lo que nos permite tener el cuento en medio de ambos y que nos vea perfectamente la cara. De esta forma, podemos comentar los dibujos con él con palabras sencillas, imitar los sonidos de los personajes que aparecen y utilizar gestos y todo lo que se nos ocurra para que le resulte divertido. No hay que desesperar y seguir el ritmo del niño. Poco a poco, veremos que su tiempo de atención aumenta y esto es muy gratificante, tanto para los padres como para los propios niños.

Respecto a qué libros elegir, según los especialistas del Hospital Nuestra Señora del Rosario, dependen fundamentalmente de la edad y no tienen por qué diferir de los elegidos por un niño sin dificultades auditivas.

–          Cuando son bebés (0-1 año) hay que tener en cuenta la seguridad puesto que tienden a morderlos. Lo ideal es que sean de cartón duro, tela o plástico. Las páginas deben tener colores y dibujos sencillos.

–          Entre 1 y 3 años, los preferidos son los de un solo personaje que muestra acciones de la vida cotidiana de los niños (asearse, ir al parque, al colegio, dormir). Las rutinas son importantes para todos los niños, oigan o no.

–          Entre los 3 y 4 años demandan historias que cuenten cosas que el niño conoce bien, con imágenes que le son familiares. Si tienen texturas o sonidos, mejor.

–          Entre los 4 y 5 años ya está preparado para introducir personajes fantásticos que realicen acciones bien definidas que los niños puedan entender. Es el momento de introducir también valores como el bien y el mal.

–          A partir de los 5 años empiezan a interesarse por cuentos imaginativos con aventuras divertidas con más de un personaje. Ya se pueden introducir historias basadas en la amistad, la generosidad, la responsabilidad y la justicia.

Hay que tener en cuenta que los niños con sordera o problemas auditivos no son distintos en intereses a los niños que no los tienen. De lo que se trata es de estimularles y ayudar a desarrollar sus sentidos de una manera más específica. “Hay que tener paciencia pero con estas pautas de lectura y mucho amor se logran éxitos maravillosos y se crean vínculos afectivos entre padres e hijos estimulantes y enriquecedores”, nos recuerdan los especialistas del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

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