Según el Dr. Prieto Alonso, obstetra y ginecólogo, se estima que un 10% de las gestantes los padecen

Aunque no existen cifras exactas, se calcula que un 10% de las mujeres presentan problemas de tiroides cuando están embarazadas, alteraciones que desconocían que padecían, ya porque no tenían síntomas, ya porque estas patologías no les generaban complicaciones. En realidad, estaban subyacentes y durante la gestación es posible que afecten a la evolución del feto. Así lo manifiesta el Dr. José Luis Prieto Alonso, especialista en Obstetricia y Ginecología del Hospital Nuestra Señora del Rosario, en una entrevista para Infosalus, el portal especializado en salud de la agencia de noticias Europa Press.

“Se trata de un problema subclínico que no produce sintomatología cuando la mujer no está embarazada, o bien produce poca sintomatología; sin embargo, el cambio para el organismo que supone un embarazo lo hace aflorar”, abunda el especialista, quien añade que un buen funcionamiento y una correcta regulación de las hormonas tiroideas es importante durante todo el proceso de la fertilidad, de tal modo que un hipotiroidismo puede producir anovulación y facilitar los abortos.

¿Cómo se diagnostica?

Estas manifestaciones subclínicas, que no ocasionan síntomas, se detectan a través de los análisis de sangre que la mujer se hace durante el embarazo. En ellos se muestra si existe ciertamente una tendencia a un exceso o a un defecto de hormona tiroidea. “Sin llegar a haber manifestaciones clínicas lo más problemático puede ser un hipertiroidismo, dado que puede llegar a producir hipertensión, taquicardias, eclampsia en la madre, o llegar a producir malformaciones en el feto. Pero esto es muy poco frecuente al principio del embarazo, que es cuando puede dar problemas más graves”, apunta el doctor Prieto Alonso.
Hay ocasiones en que surgen con el embarazo más avanzado y, en estos casos, son menos graves las manifestaciones. Según comenta, en el caso del hipotiroidismo “rara vez” da manifestaciones en el embarazo, pues se asocia más con la anovulación y, por tanto, con la infertilidad y con los abortos del primer trimestre de gestación.

Tras el nacimiento, ¿hay consecuencias?
A juicio del Dr. Prieto Alonso existen dudas sobre si el hipotiroidismo subclínico puede afectar al desarrollo neuropsicológico del feto una vez ha nacido. De ahí que una de las pruebas que se pide durante el embarazo sea la que mide el nivel de TSH, esto es, la hormona que regula la producción de hormona tiroidea, “para suplementar con hormona tiroidea a la madre si vemos que puede haber un hipotiroidismo subclínico”.
Al mismo tiempo, una de las pruebas metabólicas que se efectúa al bebé a las 48 horas del nacimiento sirve precisamente para controlar que no exista un hipotiroidismo. El ginecólogo y obstetra concluye que como estas situaciones son muy poco frecuentes como problemas graves, deben ser resueltas durante el embarazo: “La hipotética alteración neuropsicológica del bebé se puede corregir fácilmente en cuanto se detecta con las pruebas metabólicas”.