Esto se debe a la generación de ozono malo también llamado troposférico

Las temperaturas elevadas del verano en la ciudad junto con los gases emitidos, principalmente por el tráfico, reaccionan con la radiación solar produciendo lo que se conoce como ozono troposférico u ozono malo.

Si bien el ozono de las capas altas de las atmósfera (ozono estratosférico) nos protege de la radiación ultravioleta, el ozono  troposférico puede tener efectos nocivos importantes sobre la salud, repercutiendo  especialmente en las mucosas y en el sistema respiratorio, comenta la Dra. Débora Nuevo del Servicio de Medicina Interna del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

¿Qué efectos puede tener el ozono malo en las personas?

Según la Dra. Nuevo, los síntomas y efectos que genera esta contaminación son:

  • Deterioro de la función pulmonar con envejecimiento prematuro de los pulmones
  • Mayor incidencia de ataques asmáticos
  • Malestar en vías respiratorias y tos
  • Irritación ocular, de nariz y garganta
  • Cefaleas y náuseas.
  • Empeoramiento de enfermedades pulmonares en pacientes que ya sufren algún trastorno respiratorio.

Aunque los altos niveles del ozono “malo”  pueden afectar a cualquier persona, existen grupos de población que son particularmente sensibles como aquellos con enfermedades pulmonares crónicas, así como los niños, los ancianos  y las embarazadas.

Además se debe tener en cuenta que, en situaciones de intenso esfuerzo físico, (laboral o deportivo), la entrada de aire en los pulmones se multiplica hasta por 5 y la fuerte acción oxidante del ozono “malo” en los pulmones se hace mucho más seria. Por ello también atención especial a los deportistas y personas que realizan actividades físicas al exterior.

¿Cómo prevenir los efectos del ozono malo?

Para disminuir todos estos efectos perjudiciales, conviene planear actividades al aire libre cuando los niveles de ozono troposférico sean menores, señala la doctora.

Además se señalan estas recomendaciones:

  • En los casos de realizar la actividad, que sea bien por la mañana o al atardecer.
  • Reducir las actividades que requieran esfuerzo físico importante durante las horas centrales del día
  • Permanecer en lugares frescos y ventilados
  • Mantener una hidratación adecuada bebiendo de forma continuada aportando el agua suficiente que en días de altas temperaturas suele estar entre los 2 y 3 litros.