Mi corazón no late como debiera, ¿qué me ocurre?

Un corazón que no late correctamente no es capaz de cumplir su misión, que no es otra que bombear la sangre con eficacia y hacer que circule. ¿Consecuencias? La sangre se puede coagular y los pulmones, el cerebro y otros órganos no pueden funcionar correctamente. “Por todo ello se pueden producir graves problemas de salud, que van desde un ictus hasta un infarto de miocardio o una muerte súbita”, afirma el Dr. Julián Pérez-Villacastín, jefe de la Unidad de Arritmias del Servicio de Cardiología.

Según este especialista, hay una serie de signos que podrían alertar de un latido cardiaco irregular, tales como palpitaciones, mareos, síncope, dolor torácico, sensación de vibración, fatiga o pérdida de conocimiento. Todos y cada uno de ellos pueden hacer sospechar que existe una arritmia, que consiste en cualquier cambio en la secuencia normal de los impulsos eléctricos del corazón, en su ritmo de latido; es decir, su ritmo es acelerado o lento o irregular. “Los latidos del corazón ocurren como consecuencia de unos impulsos eléctricos que hacen que las aurículas y los ventrículos se contraigan de forma adecuada, sincrónica y rítmica. La frecuencia cardiaca normalmente oscila entre 60 y 100 latidos por minuto”, abunda el Dr. Pérez-Villacastín.

Tipos de arritmias

Existen distintos tipos de arritmias. La más común es la fibrilación auricular, que apenas provoca síntomas y que es muy frecuente a medida que envejecemos. De hecho, en nuestro país se calcula que hay un millón de personas que la sufren.
La fibrilación auricular es una enfermedad caracterizada por unos latidos descoordinados de las aurículas del corazón, lo que ocasiona un ritmo rápido e irregular. Además de un mayor riesgo de ictus, favorece otras enfermedades, como la insuficiencia cardiaca. “El riesgo de que una persona con fibrilación auricular tenga un accidente cerebrovascular aumenta con la edad y con la presencia de otras patologías, como la hipertensión, la insuficiencia cardiaca, la diabetes o antecedentes de accidente cerebrovascular y accidente isquémico transitorio previo (interrupción o reducción temporal del flujo de sangre a ciertas partes del cerebro)”, continúa este experto del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

Diagnóstico y prevención

Para su diagnóstico se requiere la detección de un pulso irregular en la exploración física, además de su confirmación con un electrocardiograma. La fibrilación auricular es recurrente y se puede eliminar sola (se la conoce entonces como paroxística). Como podría no presentarse durante la prueba, se hace preciso el uso de dispositivos de registro durante las 24 horas del día o incluso más tiempo, mientras el paciente efectúa sus actividades cotidianas.

Es importante que la población conozca las medidas preventivas esenciales contra la fibrilación auricular. Estas son, como detalla el Dr. Pérez-Villacastín:

  • Llevar una dieta sana y equilibrada
  • Realizar ejercicio (por ejemplo, caminar 20 minutos al día)
  • Mantener el peso adecuado
  • No fumar ni beber
  • Tener un buen control de la presión arterial así como de los niveles de colesterol
  • Acudir, de forma periódica, a chequeos médicos preventivos