Cerca de dos millones de mujeres presentan esta enfermedad en España, una prevalencia que se incrementa con la edad y que se estima que padece una de cada cuatro postmenopáusicas

La Dra. Dalifer Freites, reumatóloga del Hospital Nuestra Señora del Rosario, afirma que la osteoporosis es normalmente asintomática hasta que se producen las fracturas. “Pueden producir además de dolor otros síntomas o secuelas como la disminución de la estatura o deformidad de la columna, en el caso de las fracturas vertebrales. Las fracturas de cadera necesitan hospitalización e intervención en prácticamente todos los casos”.

Según la experta, los pacientes con diagnóstico de osteoporosis irán aumentando debido a la estrecha relación con el progresivo envejecimiento de la población. Afortunadamente, el diagnóstico de esta enfermedad ha mejorado en los últimos años con el cribaje en asistencia primaria y en la prevención de causas secundarias y se cuenta con un gran abanico de herramientas para su detección.

Pese a estas mejoras, la Dra. Freites insiste en la necesidad de que “los pacientes sean identificados por el profesional sanitario mediante una estrategia de búsqueda de caso, basada en el antecedente de una o más fracturas por fragilidad, y la correcta evaluación de los factores de riesgo clínicos significativos (edad avanzada, bajo peso, antecedentes personales y familiares de fractura, tratamiento con corticoides, hábito tabáquico o consumo de alcohol)”.

En determinados grupos de pacientes, principalmente ancianos y mujeres posmenopáusicas, “debemos mantener un grado de sospecha y realizar la búsqueda de estos factores de riesgo de forma activa”, concluye.

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