Hay una proporción de 9 a 1 de mujeres que las padecen frente a hombres

Cuando se habla de afecciones de la articulación temporomandibular (ATM) hay que destacar, fundamentalmente, su altísima prevalencia: aproximadamente el 75% de la población tiene alguna vez en su vida algún síntoma. Así lo asegura el Dr. Francisco Merino Domingo, cirujano oral y maxilofacial del Hospital Nuestra Señora del Rosario, quien subraya que su aparición está asociada a múltiples factores: el sexo femenino (con una proporción mujer/hombre de 9/1), el bruxismo nocturno, los golpes en el área facial, la manipulación dental prolongada en el odontólogo, el estrés, la ansiedad o la depresión.

La ATM, que permite la movilidad de la mandíbula, está formada por el cóndilo mandibular, el hueso temporal y un disco articular o menisco que permite el correcto engranaje de ambos. Cuando se ve afectada, sus síntomas propios son la presencia de dolor localizado a punta de dedo en la articulación y/o la presencia de un dolor difuso muscular que se puede confundir con el de oídos y el de cabeza, asociando a veces chasquido al abrir la boca. “El dolor muscular suele ser más intenso por las mañanas y el articular aumenta con la apertura y la masticación”, abunda el Dr. Merino Domingo.

Diagnóstico y tratamiento

Según este especialista, para su correcto diagnóstico hay diversas técnicas radiológicas, desde las más simples, como la ortopantomografía o radiografía panorámica, a las más avanzadas, como la tomografía computarizada o la resonancia magnética nuclear.

El tratamiento inicial de cualquier afectación de la ATM comienza con una serie de medidas higiénico-dietéticas. “La dieta debe ser blanda-triturada las primeras dos semanas, evitando a largo plazo los alimentos duros, como chicles o frutos secos; hay ciertos alimentos, como la fruta, que deben tomarse a trozos. Aplicar calor seco a nivel local mejora las molestias y contribuye a la relajación. El tratamiento con antiinflamatorios y relajantes musculares será la primera medida médica a adoptar”, especifica este miembro del equipo del Dr. Ignacio García Recuero, jefe del Servicio de Cirugía Maxilofacial y Odontología.

En caso de bruxismo nocturno (chirriar de dientes en la noche) se recomienda una férula de descarga, esto es, un dispositivo de acrílico duro que permite que durante el sueño los dientes no encajen entre sí, lo que evita la sobrecarga muscular y facilita el reposo de la articulación.

Para los casos refractarios a estos tratamientos, continúa el Dr. Merino Domingo, existen técnicas que mejoran la contractura muscular, como pueden ser la acupuntura, la fisioterapia o, incluso, la infiltración con toxina botulínica.

Opciones quirúrgicas

Cuando el problema es mecánico y la articulación tiene una limitación en la movilidad, hay opciones quirúrgicas de menor a mayor complejidad en función del grado de degeneración. “El abanico de opciones terapéuticas es amplio: desde una artroscopia a una cirugía abierta e, incluso, en estadios muy avanzados, el recambio de la articulación por una prótesis articular”, concluye el cirujano oral y maxilofacial del Hospital Nuestra Señora del Rosario.