La insuficiencia cardiaca, que padece casi el 2% de la población adulta se produce cuando el corazón es incapaz de enviar sangre suficiente a los órganos, por lo que aparecen síntomas de cansancio y fatiga.

El principal síntoma, como recuerda el Dr. Antonio Álvarez-Vieitez, jefe del Servicio de Cardiología, es el aumento de la dificultad para respirar (disnea) y se produce por retención de líquido en los pulmones (edema pulmonar), porque el corazón no es capaz de enviarlo con fuerza.

“Cuando este líquido aumenta se produce ahogo al estar tumbado (ortopnea) y nos obliga a estar sentados o incorporados en la cama, pues en esta posición el líquido baja a las bases de los pulmones y al estar acostados ocupa toda la capacidad pulmonar. Otro síntoma frecuente es la acumulación de líquido en los tobillos (edemas) y también astenia y cansancio”, explica el especialista.

Causas

Las causas más frecuentes son la pérdida de fuerza en la contracción del corazón, generada por la edad y favorecida por enfermedades como la hipertensión arterial, las alteraciones isquémicas del corazón(obstrucción de las arterias coronarias), las arritmias -sobre todo la fibrilación auricular-, las enfermedades valvulares, las infecciones (con más frecuencia las respiratorias), la anemia crónica severa y, en algunos casos, las enfermedades del tiroides, las miocardiopatías y otras patologías menos corrientes.

Para diagnosticar la insuficiencia cardiaca puede ser suficiente con la historia clínica, la auscultación (crepitantes de líquido en los pulmones), un electrocardiograma y una radiografía, “pero para hacer un diagnóstico más preciso habrá que hacer ecocardiograma, resonancia magnética del corazón o cateterismos y escáner y determinaciones analíticas específicas”, pone de manifiesto el cardiólogo.

Tratamiento

El tratamiento consiste, mayormente, en disminuir el líquido circulante (diuréticos), en aumentar la capacidad de las arterias o dilatarlas (IECAS, nitritos, calcio antagonistas), en controlar el ritmo del corazón (betabloqueantes y digital) y, en el caso de que se produzcan episodios más severos, asistencia circulatoria con corazón artificial y trasplante cardiaco.

Consejos

Para prevenirla debemos controlar nuestros factores de riesgo cardiovascular, la hipertensión, la diabetes, el tabaco, el colesterol, la obesidad y el sedentarismo. El mejor consejo que brinda el doctor Álvarez-Vieitez es intentar hacer vida cardiosaludable, “pero si notamos aumento de la fatiga, que puede llegar a ser de reposo, inflamación en los tobillos, palpitaciones rápidas o arrítmicas y/o dolor en el pecho, debemos acudir a nuestro médico o cardiólogo, responsable de comprobar si estos síntomas son por insuficiencia cardiaca o por otras patologías que pueden dar síntomas parecidos”, concluye.