A buen seguro, todos hemos experimentado, a lo largo de nuestra vida, alguna pesadilla mientras dormíamos. Uno de esos llamados “sueños malos” que tan mal cuerpo nos deja cuando despertamos.

En un artículo publicado en el suplemento Bienestar del diario ABC, la Dra. Carla Anciones, especialista del Servicio de Neurología del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, trata de responder a las causas de que aparezcan las pesadillas y a la razón por la que unas personas las experimentan más que otras.

Las pesadillas son interrupciones anormales del descanso, que causan despertares repentinos provocados por sueños de contenido desagradable o con un componente de angustia o miedo. Habituales mayormente en niños y adolescentes, su frecuencia suele disminuir con la edad.

¿Por qué se producen? Causas

Las pesadillas pueden estar provocadas por alguna situación que nos ha generado preocupación o estrés y que el cerebro trata de procesar. También es un mal sueño que nos provoca un despertar con un sentimiento desagradable.  Aunque su causa se desconoce, sí se sabe que están muy ligadas a sentimientos negativos o a una emocionalidad del inconsciente, de lo que no nos damos cuenta.

Como se afirma en el artículo, “cuando estamos en situaciones de ansiedad, estrés, miedo o disgusto eso puede ponerse de manifiesto en otras fases de nuestra situación mental, como es el sueño. Por tanto, es importante destacar que algunas pesadillas pueden estar relacionadas con algún acontecimiento traumático o altamente estresante que nuestro cerebro no ha podido procesar de forma adaptativa”.

Según apunta la Dra. Anciones, “si las pesadillas son algo esporádico, no tienen por qué afectar a nuestro día a día». Si son recurrentes, repetitivas, la cosa cambia, pues pueden producir fragmentación del sueño y eso repercute de forma negativa en nuestro día a día: un humor peor, mayor somnolencia diurna, cansancio, espesura mental, menor rendimiento cognitivo. «Si son recurrentes hay que hacer un estudio neurológico y psicológico para constatar que no se tiene un trastorno del sueño o una situación emocional que haya que tratar», aclara la neuróloga, experta en epilepsia.

¿Tienen alguna utilidad?

Asegura la Dra. Anciones que si este fenómeno es recurrente, puede dejar entrever que hay algún trastorno subyacente, aunque no hay que perder de vista que ciertos medicamentos o algunas enfermedades se asocian con las pesadillas. Y concluye que cada persona puede hacer la interpretación que considere más adecuada de sus pesadillas, si bien en el caso de que algún sueño origine malestar o haga revivir situaciones pasadas indeseadas, “ayudaría al especialista a entender que podría haber un tema que no está bien procesado y se podría analizar si está teniendo alguna repercusión en el presente de quien lo experimenta».