Desde su constitución como Congregación, hace más de dos siglos, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana honran como patronos a los padres de la Virgen María, San Joaquín y Santa Ana. El 26 de julio, en que se celebra esta efeméride, es una fecha muy especial y, por eso, la comparten con los pacientes, familiares, acompañantes y personal del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario.

Este miércoles, a las 12 horas, la Capilla del centro acogerá la Eucaristía en que se recordará el legado de los abuelos de Jesús, que sirven de orientación en el día a día de las Hermanas y en su camino hacia la humanización, el respeto, el cariño y la hospitalidad que brindan a los enfermos, pero también a los más desfavorecidos y vulnerables del planeta en los centenares de misiones que tienen repartidas por los cinco continentes.

Cada 26 de julio desde hace más de dos siglos, las Hermanas de la Caridad de Santa Ana celebran la festividad de San Joaquín y Santa Ana, padres de la Virgen María y patronos de la Congregación. Es una efeméride con un carácter muy especial, largamente esperada, y que comparten cada año con los pacientes, familiares y acompañantes y con todo el personal del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

Según ha insistido el Papa Francisco, los dos santos son un ejemplo, un regalo, una fuente de inspiración, necesarios para hacernos reflexionar sobre la vejez y la sabiduría que trae consigo la edad.

La historia del culto a los abuelos de Jesús

Recuerda el Vaticano que el culto a los abuelos de Jesús se desarrolló primero en Oriente, luego en Occidente y, a lo largo de los siglos, la Iglesia los ha recordado en diferentes fechas. Así, en 1481, el Papa Sixto IV introdujo la fiesta de Santa Ana en el Breviario Romano, fijando la fecha de la memoria litúrgica en el 26 de julio, transmitida como día de la muerte. En 1584, Gregorio XIII introdujo la celebración litúrgica de Santa Ana en el Misal Romano, extendiéndola a toda la Iglesia. En 1510, sin embargo, fue Julio II quien introdujo la memoria de San Joaquín en el calendario litúrgico el 20 de marzo, que fue trasladado varias veces a lo largo de las centurias posteriores. Con la reforma litúrgica que siguió al Concilio Vaticano II en 1969, los padres de María fueron «reunidos» en una sola celebración el 26 de julio, que es la fecha en que son recordados.