El 6 de febrero, varios terremotos hicieron temblar la tierra bajo los pies de millones de personas de Turquía y Siria, mientras contemplaban cómo se desplomaban sus hogares y se dibujaba, en pocos segundos, un panorama desolador. El desastre ha afectado a más de 24 millones de ciudadanos de los dos países.  El número de víctimas mortales asciende cada día y se cuentan por decenas de miles, mientras que el de heridos se acerca a los 100.000 a medida que transcurren las fechas.

Tan solo conocerse la tragedia, la Fundación Juan Bonal, de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, ha expresado su solidaridad con quienes han sufrido los efectos de los seísmos y sus catastróficas consecuencias, uniéndose al dolor de los familiares de las víctimas y comprometiéndose en la organización y envío de todas las ayudas que sean posibles a los damnificados. Una actuación que se ha repetido en anteriores ocasiones en que se han producido catástrofes humanitarias.

En este escenario tan adverso es difícil pensar que nuestra ayuda pueda significar algo. Sin embargo, en la misma medida en que emociona ver la dedicación de cientos de rescatistas y cómo trabajan contrarreloj para salvar la vida de un niño de entre los escombros y hierros retorcidos, nos sentimos motivados para solicitar tu colaboración. Quizá, en comparación con la magnitud de los daños, nos parezca poca cosa nuestro donativo. Sin embargo, valoremos el mismo desde otra perspectiva. ¿Cuántos niños podrán alimentarse gracias a nuestra acción conjunta? ¿A cuántas personas llegaremos con víveres y medicamentos? Hagamos un esfuerzo y pensemos en ello. Lo imperdonable sería quedarnos de brazos cruzados.

Si quieres colaborar con la campaña iniciada por Fundación Juan Bonal y la Congregación de las Hermanas de la Caridad de Santa Ana, envía tu ayuda a través de transferencia bancaria (Banco Santander: ES68-0075-0006-04-0702713158) o Bizum (código 01362). Indica en el concepto “Terremoto”. Si deseas justificante para la desgravación de la renta, añade el número de tu DNI.

Carta de la directora de Fundación Juan Bonal

La directora de Fundación Juan Bonal, la Hermana Melby Suárez, ha escrito la siguiente carta a raíz del desastre y de la campaña iniciada para recaudar fondos:

“He tenido la oportunidad de acompañar a algunas víctimas de la avalancha ocurrida el 1 de abril de 2017 en Mocoa, Colombia: allí, Fundación Juan Bonal también se hizo presente. Son momentos de caos e incertidumbre; es difícil visualizar que el mañana sea mejor porque, a cada minuto que pasa, el daño se hace más grande.

Por tanto, el dolor, la soledad y la desesperanza es lo único que se percibe alrededor y, en medio de la tragedia, empieza también a surgir, con el paso de las horas y los días, uno de los gestos que más nos hace sentirnos hermanos: la solidaridad, manifestándose a través del personal de rescate, los alimentos, la ropa, los medicamentos…

Todo esto, los primeros días, cuando es noticia en los medios de comunicación. Pero también puedo decir, con dolor, que en pocas semanas la catástrofe deja de ser noticia y empiezan a desaparecer de nuestra mente y corazón las imágenes que nos han conmovido las entrañas y el corazón, entrando así nuevamente en nuestro confort y olvidando que seguirán estando ahí las historias de las familias que siguen llorando a sus familiares fallecidos o desaparecidos, así como la incertidumbre de cómo seguir viviendo y teniendo esperanza cuando se ha perdido todo, hasta lo que más se amaba.

Los donativos recibidos gracias a su generosidad llegarán a las víctimas del terremoto a través de la Congregación de Hermanas de Jesús y María”.

Hermana Melby Yohanna Suárez, directora de Fundación Juan Bonal