En determinadas ocasiones, los contrastes permiten a los radiólogos tener mucha información, el problema es que a veces infunden temor a los pacientes, en la mayor parte de las ocasiones por miedo a una eventual reacción alérgica. Sin embargo, los contrastes radiológicos “se puede afirmar que son muy seguros (en otro caso no se emplearían ni estarían aprobados por las autoridades)”, afirma el Dr. Eliseo Vañó Galván, Jefe de Servicio de TAC y Resonancia Magnética del Hospital Nuestra Señora del Rosario.

Como lo mejor contra el miedo es la información, hablaremos aquí de los contrastes más  empleados en TAC y Resonancia Magnética:

Contraste intravenoso en el TAC. Basados en el yodo, se utilizan para resaltar determinadas partes del organismo, como por ejemplo los vasos en los estudios vasculares. “En el hígado, por ejemplo, algunas lesiones captan contraste y otras no, y ello nos permite por un lado detectarlas y por otro caracterizarlas (si son benignas o malignas). En muchas ocasiones no hace falta emplearlos, como puede ser los casos de TAC´s de pulmón, huesos o algunos TAC´s de cerebro”, explica el Dr. Vañó.

Para su administración, se necesita un acceso venoso (“coger una vía”, catéter). Y es normal sentir calor o sofoco por todo el cuerpo, así como un sabor metálico (estos síntomas duran unos pocos segundos).

En cuanto a los riesgos, el más temido es la reacción alérgica, que como decimos es muy poco frecuente y cuando ocurre suele ser leve.

Contraste oral en el TAC. Hay muchas alternativas, incluyendo agua, leche, contrastes basados en yodo o en bario. “Se emplean cuando nos interesa distinguir bien las asas intestinales y el colon del resto de los órganos abdominales, sobre todo, cuando la exploración incluye el abdomen o la pelvis”, afirma el Dr. Vañó Galván.

No suelen tener efectos adversos de alergias, y como mucho los contrastes basados en yodo pueden acelerar el tránsito (diarrea) y los basados en bario enlentecerlo (estreñimiento).

Contraste intravenoso en la Resonancia Magnética. Se trata de contrastes basados en gadolinio. Se emplean cuando necesitamos mayor contraste para el estudio de determinados órganos, y también se debe individualizar según la indicación de cada prueba.
Al igual que los contrastes del TAC, también requieren un acceso venoso. “Clásicamente han sido contrastes extremadamente seguros. Normalmente no se siente absolutamente nada durante su administración”, indica el experto.

Las reacciones alérgicas son aún menos frecuentes que los contrastes yodados.


“En resumen, los contrastes en TAC y Resonancia Magnética se emplean porque son seguros y nos ayudan a evaluar mejor los órganos porque permiten que las lesiones se vean de forma diferente al resto de las estructuras y, por ello, detectarlas y caracterizarlas. Tienen claramente más beneficios que riesgos”, concluye el Dr. Vañó Galván.

VER NOTICIA EN WEB