La inminente llegada del verano y de las consabidas y merecidas vacaciones nos puede animar a que probemos un deporte que hasta ahora no hemos practicado: el buceo. ¿Existen riesgos? ¿Cómo puede influir en nosotros? ¿Puede resultar peligroso?

En una entrevista para el portal Infosalus, de la agencia Europa Press, el Dr. Juan José Cantón Romero, especialista en Medicina Aeronáutica y Subacuática del Hospital Universitario Nuestra Señora del Rosario, recuerda que por debajo de la superficie marina nos encontramos a unas presiones mayores que al nivel del mar y que, de no gestionarlas adecuadamente, podemos dañar nuestro organismo, afectando a todos los órganos. De ahí que sea necesaria la formación previa y adoptar una serie de precauciones.

En el reportaje, el Dr. Cantón Romero explica cuándo no se puede bucear y apunta que si tenemos algún tipo de alteración, como las cardiacas, la presión de más puede dañarnos. De la misma manera comenta que no podemos bucear de cualquier manera, pues al ir descendiendo hay una menor cantidad de oxígeno en el cuerpo: “Esa disminución de PO2 o ‘presión parcial de oxígeno’ es lo que nos va a producir una serie de alteraciones a nivel del cuerpo”, fundamentalmente cardiacas o pulmonares.

Porque, en el caso de los pulmones, se puede producir hasta una explosión. De ahí que se refiera a la importancia de las paradas técnicas que realizan los buceadores durante la ascensión “para que los gases que se han mezclado a nivel de la profundidad, arriba aparezcan lo mejor posible. También a los oídos les ocurre lo mismo por el aumento de presión.

Finalmente, el Dr. Cantón se extiende en las enfermedades más frecuentes en los buceadores: la enfermedad descomprensiva y la embolia arterial gaseosa.

Si este verano tienes previsto bucear, te recomendamos leer este interesante y práctico reportaje.