Tanto adultos como niños pueden verse estos días afectados por el proceso de readaptación que deben afrontar al incorporarse a la rutina tras las vacaciones. Ese alto en el camino hecho estos meses atrás también ha supuesto un descanso para nuestro cerebro, que necesitará menos de una semana para volver a la normalidad. Así, poco a poco, iremos encontrándonos menos irascibles y más ágiles mentalmente y, por regla general, en menos de 15 días estaremos plenamente hechos a la rutina a la que estábamos acostumbrados.
A esta situación de desubicación, de falta de tolerancia al trabajo, e incluso de descontento y apatía se le llama síndrome postvacacional y, aunque no se trata de una patología, sino de un trastorno adaptativo temporal, afecta a casi un tercio de la población española, según estima el Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid (INEAMAD).
Síntomas y grupos de riesgo
Desidia, irritabilidad, menor capacidad de concentración, mal humor, dolores de cabeza, insomnio, tristeza y nostalgia son algunos de los síntomas que aquejan a quien lo padece. También hay personas que sufren problemas digestivos ocasionados por los nervios, dolores musculares a causa de la tensión, palpitaciones, taquicardias e incluso sensación de ahogo.
El síndrome postvacacional afecta más a personas mayores y menores de cinco años. En el caso de los mayores, al carecer de una rutina a la que regresar la desorientación es mayor. Por su parte, los menores de cinco años, porque son demasiado pequeños para comprender por qué hasta hace dos días estaban en la playa o el campo jugando a todas horas y ahora eso se ha acabado, se encuentran encerrados en casa más solos, porque los padres trabajan y, además, deben prepararse para ir al colegio.
También entran en ese ‘grupo de riesgo’ las personas con antecedentes de depresión o ansiedad, y aquellas que desarrollan trabajos muy estresantes o se mueven en entornos tóxicos y deben volver a hacerles frente tras haberlos dejado atrás y casi haberse olvidado de ellos.
¿Cómo evitar el síndrome postvacacional?
- Regresa unos días antes de las vacaciones y ve incorporando rutinas paulatinamente, además de ir adaptando progresivamente los horarios.
- Dedica los primeros días a la organización y fíjate metas gratificantes que te ayuden a avanzar. Es hora de hacerse una sencilla lista de buenos propósitos y ponerse manos a la obra.
- Si ya has vuelto al trabajo, habla con los compañeros y crea un buen ambiente laboral. Además, no te cargues de tareas los primeros días y procura mantener alguna de las actividades placenteras que has venido realizando en las vacaciones.
- Céntrate en lo más positivo de tu vida diaria y en lo más ilusionante de tu actividad, ya sea estudiantil o laboral.
- Practica ejercicio. Tras 20 minutos de actividad física entre moderada e intensa te sentirás mejor, gracias a las endorfinas que se liberan y que tienen un efecto analgésico en el organismo.
- Mantén una dieta sana, rica en frutas y verduras, y pescado azul, ya que el Omega-3 tiene cualidades antidepresivas. Si añades una onza de chocolate negro, tu cerebro lo agradecerá.
- Duerme las horas necesarias y relájate. Practicar la meditación también es interesante y hacer un balance de nuestra vida nos ayuda a darnos cuenta de lo que es verdaderamente importante y a minimizar problemas que en el fondo no deberían afectarnos tanto. Decide bien el valor que realmente quieres dar a cada cosa.
Dra. Ana Herrera Muñoz
Neuróloga del Instituto de Neurociencias Avanzadas de Madrid. Hospital Nuestra Señora del Rosario