La Oftalmología es una especialidad  médica que se ocupa del diagnóstico, tratamiento y prevención de las enfermedades oculares y del sistema visual. El ojo, sus estructuras circundantes y el sistema visual pueden verse afectados por una serie de condiciones clínicas. Esta especialidad implica el diagnóstico y el tratamiento de tales trastornos, junto con la microcirugía.

Ofrecemos un servicio integral en salud oftalmológica que incluye, entre otras áreas de experiencia, las enfermedades y microcirugía de la retina y la macula, microcirugía de cataratas y presbicia, cirugía refractiva láser, glaucoma, cirugía plástica ocular, párpados, vías lagrimales así como estrabismo y oftalmología infantil. El Servicio de Oftalmología del Hospital Nuestra Señora del Rosario ofrece una asistencia integral en oftalmología, cubriendo todas sus especialidades y realizando desde revisiones de salud ocular hasta las intervenciones quirúrgicas más complejas.

Nuestro servicio tiene como pilares básicos:

  • Innovación Tecnología: dispone de los últimos avances tecnológicos para el diagnóstico y el tratamiento de los trastornos oftalmológicos, capaces de aportar un amplio abanico de soluciones avanzadas para lograr la mejor salud visual.
  • Equipo oftalmológico con amplia experiencia: Somos un equipo de profesionales expertos oftalmólogos, con amplia experiencia médica y quirúrgica y en constante formación en congresos nacionales e internacionales.
  • Seguridad: la seguridad de los pacientes y su salud visual es nuestro primer objetivo. Por esta razón nuestra amplia gama de tratamientos oftalmológicos realizados con el equipamiento más avanzado está solo en manos de un equipo de profesionales altamente cualificado.
  • Atención personalizada: una de nuestras máximas es la calidad asistencial y humana a los pacientes.  Por ello,  disponemos de un servicio integral de la máxima calidad, capaz de solventar los problemas visuales de una manera individualizada y personalizada.
  • Oftalmología integral: Realizamos una oftalmología integral, trabajando con unidades especializadas, para dar el mayor grado especialización en cada caso.

Tratamiento

La catarata se produce cuando el cristalino, la lente natural del ojo, pierde su transparencia, lo que conlleva un empeoramiento de la visión y por consiguiente, de la calidad de vida. El único tratamiento es quirúrgico, a través de un método eficaz y seguro. Se realiza través de incisiones cada vez más pequeñas, empleando las técnicas de microcirugías más avanzadas que existen en la actualidad. Se realiza mediante Facoemulsificaciónque consiste en eliminar la catarata mediante ultrasonidos y la colocación de una lente que puede ser monofocal, multifocal o tórica, dependiendo del caso. Este tipo de microcirugía ocular utiliza incisiones de pequeño tamaño, no utiliza puntos de sutura en la mayoría de los casos y no induce astigmatismo tras la intervención. Esta cirugía es de tipo ambulatorio y de rápida recuperación.
En la mayoría de los casos se utiliza anestesia tópica mediante gotas. Se suele, además, aplicar algún tipo de sedación leve para que el paciente se encuentre relajado durante la cirugía. Además, no es necesario retirar en la mayoría de los casos la medicación antiagregante (Adiro) o anticoagulante (Sintrom).

El paciente entra y sale del quirófano por su propio pie. Normalmente no se realiza oclusión ocular, por lo que el paciente sale con el ojo destapado tras la cirugía. Posteriormente puede marcharse a casa 20 ó 30 minutos después de la intervención.

La cirugía de la catarata, siempre que esté indicado, puede suponer que el paciente deje el uso de las gafas si pueden implantarse lentes multifocales. Estas lentes tienden además a ser mucho más eficaces en la eliminación de la necesidad de gafas para lejos y cerca. Por lo general, los pacientes quieren unas lentes que puedan utilizar en todas sus actividades y no estar cambiando a cada cambio de estas. Es decir, las mismas lentes para leer, que para conducir. Las lentes multifocales ofrecen una innovadora solución para el tratamiento de la catarata unida a la presencia de presbicia o vista cansada ,una patología que afecta a gran parte de la población.

En la actualidad y propiciado por las nuevas tecnologías, cada vez son más las personas que deciden abandonar el uso de lentes de contacto o gafas. La cirugía refractiva láser y la microcirugía ocular permiten la corrección de la mayoría de los defectos refractivos, como la miopía, la hipermetropía, el astigmatismo o la presbicia o vista cansada.

La indicación de la técnica quirúrgica debe realizarse de manera personalizada, mediante un estudio detallado del problema visual para poder indicar la técnica más adecuada a cada paciente, lo que permite obtener los mejores resultados.

Tratamientos de cirugía refractiva:

  • Cirugía refractiva mediante Láser Excimer:

    su empleo permite tallar la córnea para modificar su curvatura, corrigiendo la mayoría de los defectos refractivos como miopía, hipermetropía y astigmatismo. Este tallado de la córnea se realiza guiado por unos precisos sistemas tecnológicos, por lo que se ha convertido en una técnica fiable y segura.

Existen varias modalidades de cirugía refractiva con Láser Excimer:

  • Lasik: es la más utilizada. Consiste en levantar una fina capa de córnea para poder realizar el tallado mediante el láser en las capas más profundas de la misma. Levantar la capa de la córnea se puede realizar de manera mecánica mediante el microqueratomo o con un láser fentosegunto, con la técnica de intraláser.

  • PRK:

     consiste en realizar el tallado corneal en la superficie de la córnea, una vez se retira el epitelio corneal. Logra la corrección de defectos refractivos. Tras la cirugía láser se coloca una lente de contacto durante unos días, que se retira posteriormente tras la adecuada epitelización corneal.

  • Microcirugía refractiva para la colocación de lentes intraoculares: la colocación de este tipo de lentes se realiza por cirugía refractiva cuando no se puede llevar a cabo la aplicación de láser. Existen diferentes tipos de lentes intraoculares:

  • Lentes fáquicas: son lentes que se implantan dentro del ojo, con la finalidad de corregir los defectos refractivos. Dentro de ellas existen algunas que se implantan detrás del iris y por delante del cristalino. Otro tipo de lentes fáquicas son la que se implantan fijadas al iris.  Ambas son 100% biocompatibles, trasparentes y flexibles, lo que permite introducirlas por pequeñas incisiones. El rango de corrección es muy amplio, desde las -18 dioptrías de miopía hasta +10 dioptría de hipermetropía. También pueden corregir el astigmatismo.

  • Lentes pseudofaquicas: se sustituye el cristalino por una lente intraocular capaz de compensar los defectos refractivos del paciente. Existen distintos tipos de lentes utilizadas:

  • Lentes monofocales: permiten el enfoque de las imágenes lejanas. Normalmente necesitarán corrección con gafas para la visión cercana.
  • Lentes multifocales: corrigen la presbicia. Son lentes que gracias a su diseño óptico permiten enfocar a varias distancias. La intención es conseguir una buena agudeza visual tanto de lejos como en la visión cercana. Este implante de lentes multifocales debe ser personalizado.

  • Lentes tóricas: para la corrección del astigmatismo, además de la miopía y la hipermetropía. Dentro de las lentes tóricas tenemos varias modalidades: tóricas monofocales y tóricas multifocales.

Esta tipo de microcirugía se realiza por incisiones de pequeño tamaño, lo que permite aplicar la cirugía de manera sencilla y segura.

La vista cansada es la dificultad para ver de cerca, que ocurre en la mayoría de las personas a partir de los 45 años. Se debe a que el cristalino, la lente natural del ojo con la que enfocamos las imágenes, pierde su elasticidad y comienza a endurecerse.

Las técnicas que han demostrado mejores resultados y más seguridad son:

● Lasik Monovisión o visión combinada

● Lentes Intraoculares para presbicia

Para determinar el tratamiento adecuado es muy importante realizar un estudio personalizado del paciente para detectar factores clave, como el estado del cristalino, la edad, la profesión o las preferencias personales.

Todas las técnicas anteriores necesitan un período de adaptación por lo que es muy importante un estudio preoperatorio completo para seleccionar la técnicas más adecuada y así reducir al mínimo dicho período.

La cirugía de presbicia con láser no es dolorosa y dura menos de un minuto. La colocación de una lente intraocular tarda aproximadamente 5 ‐ 10 minutos.

  • Láser monovisión

Se realiza una cirugía similar a la empleada para corregir la miopía con láser. Con este tratamiento corregimos la vista cansada mejorando la visión intermedia y cercana Aunque miramos con los dos ojos, tenemos un ojo dominante en la visión lejana (ojo dominante) y otro en la visión cercana (ojo lector).

Combinando los dos ojos se consigue una buena visión cercana y lejana.

Ventajas:

    • Ganancia de visión próxima e intermedia  sin pérdida de visión lejana.
    • Compatible con otras tecnologías.
    • Extraocular
  • Lentes Intraoculares

Consiste en extraer el cristalino, que ya ha perdido su capacidad de enfocar de cerca y, en su lugar, implantar una lente intraocular multifocal que hace la función de cristalino artificial.

Ventajas:

  • Ganancia de visión próxima , intermedia y lejana.
  • Permite eliminar defectos visuales asociados, como la hipermetropía, miopía y el astigmatismo
  • Elimina el riesgo de aparición de cataratas

Es una técnica por la cual accedemos el interior de la cavidad ocular con el fin de poder tratar distintas enfermedades que afectan a la retina, la mácula o el vítreo. Esta técnica está indicada para:

  • Retinopatía diabética
  • Desprendimiento de retina
  • Hemorragias vítreas
  • Patología macular: agujeros maculares, membrana epirretiniana o tracción vitreomacular
  • Traumatismos oculares severos
  • Endoftalmitis o infecciones intraoculares
  • Complicaciones tras cirugía de catarata

La vitrectomía se realiza mediante anestesia local y sedación. Tiene una duración aproximada de entre 1 a 2 horas. Es una cirugía habitualmente ambulatoria. En el postoperatorio inmediato se realiza la oclusión ocular  y el tratamiento consiste normalmente en el uso de colirios tópicos y pomadas oftálmicas.

Es la realización de una vitrectomía para abordar patologías que afectan a la mácula que requieren un tratamiento quirúrgico.

La cirugía macular está indicada en las siguientes enfermedades:

  • Agujero macular.
  • Membrana epiretiniana macular: la cirugía no está indicada en todos los casos. El tratamiento se puede aplicar cuando produce una disminución progresiva de la visión o visión torcida.
  • Edema macular traccional.
  • Maculopatía miópica traccional.
  • Síndrome tracción vitreomacular.

También se utiliza este tipo de intervención en patologías en las que se produce una tracción a nivel de la mácula, asociada a disminución de visión, como pueden ser el edema macular diabético traccional, la maculopatía miópica traccional o el síndrome de tracción vitreomacular.

4.2 Desprendimiento de retina

El tratamiento en estos casos es quirúrgico mediante la vitrectomía y/o el cerclaje escleral, dependiendo del caso. Es una técnica de microcirugía ocular que utiliza instrumentos muy precisos. La anestesia es local y se realiza de manera ambulatoria.

Habitualmente se utiliza gas intraocular y, en menos casos, silicona intraocular, lo que requiere un posicionamiento tras la cirugía durante un periodo determinado.

Son una forma de introducir dentro de la cavidad vítrea fármacos para el tratamiento de patologías retinianas.

¿Cómo se realizan las inyecciones intravítreas?

Con agujas de pequeño calibre de fármacos. Es un procedimiento corto que se realiza en quirófano con las máximas condiciones de asepsia.

Antes de realizar la inyección, se procede a una desinfección del ojo y de los párpados. Posteriormente, se deben instilar gotas de antibiótico en el ojo intervenido durante unos días.

Es un procedimiento ambulatorio, por lo que una vez realizado el paciente se va de vuelta a su casa.

¿Qué tipo de fármacos intravítreos disponemos?

  • Fármacos antiangiogénicos: Son fármacos que tienen como característica la inhibición del factor de crecimiento vascular,  que está implicado en el origen de multitud de enfermedades como la DMAE, diabetes,…

  • Corticoides de liberación retardada: Reducen la inflamación intraocular, así como el edema macular asociado a patologías como la retinopatía diabética, trombosis retiniana,…

¿En qué patologías están indicados los fármacos intravítreos?

  • Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)
  • Edema macular diabético
  • Edema macular asociado a trombosis retinianas
  • Retinopatía diabética
  • Membranas neovasculares asociadas a la miopía.

El objetivo de los actuales tratamientos médicos, láser y quirúrgicos es conseguir estabilizar o enlentecer la progresión del mismo. Se basan en lograr presiones intraoculares a niveles de seguridad que eviten la progresión de la enfermedad.

  • Tratamiento médico:

     se realiza  mediante la instilación de fármacos en colirios hipotensores oculares. La meta es bajar la tensión ocular a niveles en los cuales se consiga frenar el desarrollo de la enfermedad. Existen varios grupos de medicamentos, que deben ser indicados de manera personalizada.

  • Tratamiento con láser:

    permite actuar en las distintas estructuras oculares. Mediante la trabeculoplastia con láser se modifica de manera selectiva la maya trabecular, que es la estructura que elimina el humor acuoso, por lo que se produce una disminución de la presión intraocular.

La iridotomía con láser YAG se realiza de manera controlada mediante pequeñas perforaciones a nivel del iris, que permiten el paso del humor acuoso a través de las mismas. Esta técnica está especialmente indicada en glaucomas de ángulo estrecho.

  • Cirugía: tiene como meta disminuir la presión intraocular para evitar el daño progresivo del nervio óptico, cuando no se ha podido controlar la evolución de la enfermedad con el tratamiento médico o láser.

Las técnicas quirúrgicas que se utilizan de manera personalizada en cada caso son: la trabeculectomía, la esclerectomía profunda no perforante y el implante de dispositivos valvulares de drenaje, entre otros procedimientos.

Es la subespecialidad de oftalmología que estudia y plantea tratamiento a los problemas de los párpados.  Existe numerosos y variados problemas que pueden afectar a los parpados. Los más frecuentes el chalación, el entropión (cuando el margen palpebral rota hacia dentro), el ectropión (cuando el margen palpebral rota hacia fuera) y el parpado caído o ptosis palpebral. Cada uno de ellos requiere un tratamiento específico en cada caso.

La blefaroplastia es la cirugía estética palpebral que se realiza para corregir las bolsas y el exceso de piel de los párpados, tanto inferiores como superiores. La cirugía actúa sobre los párpados para corregir el exceso de piel y tensar el músculo ocular, así como eliminar las bolsas palpebrales. Se realiza de manera ambulatoria con anestesia local.

El sistema de drenaje de la lágrima se denomina vía lagrimal. Comienza a nivel de los puntos lagrimales superiores e inferiores, situados en la parte interna de las parpados. Continua a través de los canalículos lagrimales que drenan a el saco lagrimal. Este saco drena a la nariz a través de el conducto lacrimonasal.

La epífora  o lagrimeo excesivo, es la ces un problema relativamente común y representa uno de los síntomas que más a menudo refieren los pacientes que acuden a una consulta de oftalmología.

La afectación congénita o desde el nacimiento de la vía lagrimal suele resolverse espontáneamente con el crecimiento. En algunos casos es necesario el sondaje lagrimal.

La obstrucción adquirida de la vía lagrimal más frecuente es la dacriocistitis crónica. Produce epifora y infecciones de la vía lagrimal. El tratamiento es quirúrgico mediante la dacriocistorrinostomía (DCR). Esto significa crear una nueva vía para las lágrimas que va desde el saco lagrimal hasta la nariz. Actualmente se puede realizar por via endonasal con Láser (Dacriocistorinostomía Láser).

Es la subespecialidad de la oftalmología que se trata la salud ocular del globo ocular, anejos y vías ópticas en niños hasta los 16 años. Comprende principalmente la corrección de errores refractivos, como la miopía, la hipermetropía y astigmatismo, así como problemas como el ojo vago o el estrabismo, entre las principales entidades.

La ambliopía u ojo vago se define por una perdida de agudeza visual, de mayor o menor gravedad, por una falta de desarrollo visual. Las causas más frecuentes son el estrabismo, así como su relación con defectos refractivos en la edad infantil como la hipermetropía, miopía y astigmatismo, entre otras. Este desarrollo visual comienza desde la infancia, por lo que la detección precoz y el tratamiento adecuado en esas edades es prioritario. Está presente en un 4 % de la población general. El tratamiento se tratamiento se basa en la corrección del estrabismo mediante gafas o en algunos casos cirugía, y la estimulación del ojo vago mediante la oclusión con parches de la visión del ojo sano para poder estimular al ojo vago.

El estrabismo es la perdida de paralelismo en el globo ocular. Puede ocurrir en la edad infantil, teniendo como consecuencia el ojo vago o ambliopía, y en la edad adulta, produciendo diplopía o visión doble. Los tipos de estrabismo incluyen endotropia, o estrabismo convergente (desviación hacia dentro),exotropia, o estrabismo divergente (desviación hacia temporal) ,hipertropia  (desviación hacia arriba) e hipotropia ( desviación vertical hacia abajo). El estrabismo se puede tratar con gafas o prismas ópticos, oclusiones con parches y en ocasiones toxina botulínica o cirugía, debiendo individualizarlo en cada caso.

Patologías

Se producen cuando el cristalino, la lente natural del ojo, pierde su transparencia debido, principalmente, a la edad avanzada. Cuando dicha lente pierde transparencia, oscureciéndose, es más difícil el paso de la luz, lo que conlleva un empeoramiento de la visión y por consiguiente, de la calidad de vida.

Constituyen la patología ocular quirúrgica con más incidencia. Se produce en aproximadamente un 50% de las personas mayores de 65 años, llegando al 70% en las de más de 75. 

Los síntomas son:

  • Pérdida de agudeza visual: cuando la catarata se está formando, aparece visión borrosa. Según el grado de opacificación del cristalino, se produce una gradual pérdida de la agudeza visual.
  • Fotofobia (molestias con luz intensa): deslumbramientos en ambientes con iluminación muy intensa. Típico de cataratas subcapsulares posteriores.
  • Aumento de miopía: al aumentar el tamaño del cristalino, se produce un cambio refractivo aumentando la miopía. Se comienza a ver mejor de cerca y peor de lejos. Posteriormente presenta dificultad de visión tanto lejana como cercana.
  • Disminución de la sensibilidad al contraste y nitidez: cada vez se hace más difícil conducir de noche. Se produce una disminución en la percepción de los colores y diminución del brillo.
  • Cambios refractivos: se cambia más frecuentemente la graduación de las gafas.

Las cataratas suelen empeorar de forma paralela en los dos ojos, aunque pueden desarrollarse más rápidamente en un ojo que en el otro.

La mayoría de las veces progresan lentamente y el paciente se va acostumbrando a realizar sus actividades cotidianas con baja visión. Por eso es recomendable hacer revisiones periódicas para detectarlas precozmente.

Debido a un efecto refractivo, la imagen de un objeto lejano queda enfocada por delante de la retina, motivo por el que se produce una mal visión de lejos. Este es el problema que afecta a los miopes, porque la imagen no se enfoca sobre la retina, sino por delante de ésta. Este trastorno supone una dificultad para realizar tareas tan habituales como conducir, ir al cine, ver la televisión o realizar deportes. Se trata de un problema muy frecuente, aunque progresa lentamente y suele estabilizarse entre los 18 y 21 años.

Se trata de un error del enfoque visual que generalmente se manifiesta con una visión borrosa e incómoda de cerca, aunque, a partir de cierta edad, también se ven mal los objetos lejanos. Se produce porque el globo ocular es más corto de lo normal y/o la córnea es demasiada plana o ambos defectos  Esto provoca que los objetos queden enfocados por detrás de la retina. Los problemas se agudizan con la visión de objetos cercanos, que se ven borrosos, lo que se traduce en dificulta para tareas como la lectura.

Visión de imágenes distorsionadas, tanto de lejos como de cerca.  La causa está en una forma irregular de la córnea, que es la membrana transparente que cubre la parte anterior del ojo. Se trata de uno de los defectos que permanecen estables a largo del tiempo, por lo que si se producen cambios es recomendable acudir a un oftalmólogo para descartar otras patologías oculares.

Se trata de un problema evolutivo que suele comenzar entre los 40 y 45 años, y durante 10 años tras el inicio se pierde la capacidad de acomodación de la vista. Implica dificultades para ver de cerca y la causa está en el endurecimiento de los elementos de enfoque del ojo. Al disminuir su elasticidad con el tiempo, se reduce la capacidad natural de enfoque, por lo que comenzamos a tener dificultad en la visión cercana.

La córnea es el tejido ocular transparente situado en la parte anterior del ojo. Tiene una función protectora del interior del globo ocular y refractiva, al ser una lente, que junto al cristalino, nos permite enfocar las imágenes en la retina. Muchas patologías pueden afectar a la córnea y la superficie ocular. Entre ellas se encuentran:

  • Conjuntivis: Es la inflamación de la conjuntiva, la membrana mucosa que recubre el globo ocular y los párpados. Ocasiona picor, fotofobia, ojo rojo y secreción mucosa (conocidas como legañas). Las causas más frecuentes suelen ser infecciosas (especialmente infecciones víricas). Son contagiosas, por lo que los pacientes afectados deben extremar las medidas de higieneOtras causas pueden ser infecciones bacterianas, fúngicas, alérgicas o toxicas.
  • Alergia ocular: Es una enfermedad inflamatoria de la superficie ocular. Puede presentarse sola o asociada a otras patologías, fundamentalmente, la rinitis alérgica. Ocasiona picor, ojo rojo, fotofobia y sensación de arenilla. La conjuntivitis alérgica es la forma más frecuente, aunque existen como la conjuntivitis papilar gigante, queratoconjuntivitis límbica superior, etc.
  • Ojo seco: Es una alteración en la superficie ocular producida como consecuencia de tener poca lágrima o de poca calidad. Es uno de los motivos más frecuentes en la consulta de oftalmología. Produce sensación de picor, arenilla, fatiga y pesadez ocular, además de enrojecimiento. Estos síntomas empeoran ante situaciones que producen aumento de la evaporación, como pueden ser el aire acondicionado o la calefacción. También con actividades que disminuyen el parpadeo, como la lectura o el trabajo con el ordenador.
  • La blefaritis: Es la inflamación del borde del párpado. En la mayoría de los casos, se produce por un mal funcionamiento de las pequeñas glándulas que se encuentran en el margen palpebral.  Estas producen una secreción grasa que previene la evaporación de la lágrima y que ayuda a evitar la evaporación de la misma. Los afectados producen una grasa anómala, formando incluso costras, responsable del enrojecimiento e inflamación del borde palpebral y ocular. Produce picor, escozor e irritación de los párpados. El tratamiento se basa en la higiene palpebral, antibióticos tópicos, cuando existe sobreinfección bacteriana, y lubrificantes de la superficie ocular con lágrimas artificiales.
  • Queratocono: Es un proceso evolutivo corneal en el que se produce un adelgazamiento progresivo de la córnea. Esto origina un astigmatismo irregular, que distorsiona y disminuye la visión. Para su diagnóstico es importante la realización de un estudio topográfico corneal.

La mácula es la zona central de la retina y su principal función es la visión central. Las patologías que la afectan son la principal causa de ceguera en personas mayoras de 70 años. Sussíntomas son: disminución de visión cercana, lejana o central y visión de líneas torcidas o distorsionadas.

Las principales enfermedades que afectan a la mácula son:

  • Degeneración macular asociada a la edad (DMAE): tanto en la forma húmeda o la forma seca
  • Agujero macular: se produce por una rotura en la zona central de la retina. Causa una disminución de visión central y visión de las líneas rectas como torcidas. Es una enfermedad que suele aparecer a partir de los 55 años y en el 90% de los casos es unilateral.
  • Membrana epiretiniana macular: son formaciones  en la superficie de la mácula que suelen debutar en muchas enfermedades retinianas. Las más frecuentes se producen con la edad. Los síntomas son disminución de agudeza visual y visión de líneas torcidas. Pueden ser bilaterales.
  • Síndrome de tracción vítreomacular.
  • Maculopatía asociada a la miopía: como membranas neovasculares, maculopatía miópica traccional, etc.
  • Otras son: edema macular secundario a retinopatía diabética, trombosis retinianas, inflamaciones oculares,…

¿Cómo se diagnostica la patología macular?

Es fundamental una exploración oftalmológica exhaustiva, donde cobra especial importancia la Tomografía de Coherencia Óptica. Con ella se  pueden realizar cortes tomográficos de la mácula, lo que permite el diagnóstico. Es muy útil para valorar la evolución de los procesos, así como los resultados quirúrgicos.

Degeneración macular asociada a la edad (DMAE)

Es una de las causas principales de la pérdida de visión en personas mayores de 60 años. Hay dos tipos de DMAE. La degeneración macular húmeda que se produce cuando los vasos sanguíneos anormales detrás de la retina comienzan a crecer debajo de la mácula, formando una membrana neovascular. Es la menos frecuente ya que afecta tan sólo al 15% de los pacientes.

Por otro lado, existe la degeneración macular seca que se produce cuando las células de la mácula sensibles a la luz se van deteriorando poco a poco, haciendo que la visión central se nuble gradualmente en el ojo afectado.  Produce atrofia del epitelio pigmentario de la retina y formación de drusas maculares.

Los síntomas más frecuentes de la DMAE son:

  • Disminución de agudeza visual, tanto en la visión lejana como cercana.
  • Escotoma o pérdida de visión central. Visión de una zona borrosa y fija en el centro de la mirada. Típicamente se asocia con una dificultad para leer.
  • Visión de líneas torcidas. Visión de marcos de las puertas o ventanas torcidos.

Esta afectación se inicia en un ojo y luego puede afectar al contrario. Se la considera, por tanto,  una enfermedad bilateral aunque asimétrica.

Muchos pacientes creen que la disminución de visión y la distorsión se deben a las cataratas que padecen, lo que en muchos casos retrasa el diagnóstico de la enfermedad.

Es la afectación de la vascularización retiniana como consecuencia de la diabetes. Supone la complicación ocular más frecuente y grave en los pacientes diabéticos. Se produce por el daño de los capilares que nutren la retina. Las complicaciones se relacionan con los altos niveles de azúcar en la sangre, asociados a la diabetes. A los 10 años de padecer esta enfermedad crónica, casi todos los pacientes presentarán algún grado de retinopatías. Por ello son fundamentales las revisiones oftalmológicas periódicas, así como el tratamiento si fuera necesario.

La retinopatía diabética produce síntomas por las complicaciones. Provoca hemorragias en el vítreo, que se traduce como la visión de intensas moscas volantes o incluso de pérdida de visión. El edema macular diabético produce una disminución de agudeza visual.

Esta patología se puede prevenir si se realiza una detección a tiempo y un  tratamiento precoz, entonces el riesgo de pérdida grave de la visión debido a la diabetes es bajo, entorno al 5 %. Se debe realizar un examen oftalmológico completo con periodicidad anual, semestral o trimestral dependiendo del tipo y grado de retinopatía diabética.

En la mayoría de los caos, es la separación de la retina por el paso de líquido a través de una rotura de la misma. Estas roturas en la retina son provocadas por la tracción del vítreo.

Los síntomas previos son la visión de moscas volantes  y destellos luminosos. Ante la presencia de alguno de estos síntomas se debe acudir lo antes posible al oftalmólogo para descartar la presencia de estas roturas, que en casos iniciales pueden ser tratadas con láser. Cuando el desprendimiento de retina evoluciona, el paciente visualiza una sombra en zonas periféricas que progresa de manera indolora y pérdida de visión.

Su prevención pasa por un examen oftalmológico de fondo de ojo que puede identificar lesiones predisponentes al desprendimiento de retina y así se puede llevar a cabo el tratamiento apropiado mediante la fotocoagulación con láser, si es necesario. Este examen está especialmente indicado en pacientes miopes, que tengan visión de moscas volantes o destellos de luz, con antecedentes de desprendimiento de retina en el otro ojo o antecedentes familiares de desprendimiento de retina.

Engloba una serie enfermedades que se caracterizan por un daño progresivo e irreversible al nervio óptico. La presión intraocular elevada es el principal factor de riesgo asociado a esta patología, aunque no el único. No produce síntomas en los estadios iniciales, por lo que se la conoce como la ceguera silenciosa. A nivel visual se traduce con una pérdida de visión indolora, en la mayoría de los casos, progresiva, que suele afectar primero a la visión periférica y en fases terminales a la central. Esta pérdida es irreversible. Se calcula que afecta entre al 2-3% de la población, incrementándose en edades avanzadas.

Para su prevención es importante someterse a partir de los 40 años a revisiones oculares periódicas. Para poder realizar un  diagnóstico precoz, además,  es recomendable acudir al oftalmólogo si existen factores de riesgo, como antecedentes familiares directos, alta miopía, ser mayor de 60 años, ser de raza negra, así como padecer otras enfermedades oculares.

El sistema de drenaje de la lágrima se denomina vía lagrimal. Comienza a nivel de los puntos lagrimales superiores e inferiores, situados en la parte interna de los párpados. Continúa a través de los canalículos lagrimales que drenan al saco lagrimal. Este saco drena a la nariz a través del conducto lacrimonasal.

La epífora  o lagrimeo excesivo es un problema relativamente común y representa uno de los síntomas que más a menudo se ven en las consultas de oftalmología. La afectación congénita de la vía lagrimal suele resolverse espontáneamente con el crecimiento. En algunos casos es necesario el sondaje lagrimal.

Los principales problemas de los párpados son numerosos y variados.  Los más frecuentes la chalación, el entropión (cuando el margen palpebral rota hacia dentro), el ectropión (cuando el margen palpebral rota hacia fuera) y el párpado caído o ptosis palpebral.

Es la subespecialidad de la oftalmología que trata la salud ocular del globo ocular, anejos y vías ópticas en niños hasta los 16 años. Comprende principalmente la corrección de errores refractivos, como la miopía, la hipermetropía y astigmatismo, y problemas como el ojo vago o el estrabismo.

  • Ambliopía u ojo vago: es una pérdida de agudeza visual, de mayor o menor gravedad, por una falta de desarrollo visual. Las causas más frecuentes son el estrabismo, así como su relación con defectos refractivos en la edad infantil como la hipermetropía, miopía y astigmatismo. Este desarrollo visual comienza desde la infancia, por lo que su detección precoz y el tratamiento adecuado en esas edades son prioritarios. Está presente en un 4% de la población general. El tratamiento se basa en la corrección del estrabismo mediante gafas o en algunos casos cirugía, y la estimulación del ojo vago mediante la oclusión con parches de la visión del ojo sano para poder estimular al ojo vago.
  • Estrabismo: Es la perdida de paralelismo en el globo ocular. Puede ocurrir en la edad infantil, teniendo como consecuencia el ojo vago. En la edad adulta, provoca  visión doble.

Tipos de estrabismo: convergente (desviación hacia dentro), o divergente (desviación hacia fuera); hipertropía  (desviación hacia arriba) e hipotropía (desviación vertical hacia abajo). El estrabismo se puede tratar con gafas o prismas ópticos, oclusiones con parches y, en ocasiones, con toxina botulínica o cirugía, según cada caso individual.

Es la profesión que comprende:

  1. Determinación del estado refractivo del ojo y atributos fisiológicos de la visión.
  2. Reconocimiento de anormalidades oculares.
  3. Determinación de las medidas compensadoras relacionadas con la óptica.
  4. Selección, diseño, provisión y adaptación de ayudas ópticas.
  5. Protección, conservación y mejora del sistema visual.

¿Qué pruebas realiza el optometrista?

Toma de agudeza visual, refractometría y estudio de los sistemas mono y binocular. Realiza diferentes tests, como el  del color, percepción, motilidad y estereopsis, así como pruebas más específicas: campimetría, topografías, retinoscopía y test de sensibilidad al contraste.

Gracias a todo ello, el óptico-optometrista está capacitado para tratar, prescribir y dispensar, en aquellas situaciones en las que se requieran,  procedimientos y dispositivos preventivos y/o correctores para la compensación de anomalías visuales. Entre las más comunes destacan: ametropías, presbicia, mal funcionamiento del sistema visual mono y binocular, baja visión o disfunciones más específicas.

Baja visión: es la reducción de agudeza visual a niveles inferiores a lo esperado por la edad y no mejorable con medios ópticos convencionales, entendiéndose medio óptico convencional como la corrección de la ametropía y adiciones de lectura de hasta +4.00D. Las pruebas para su detección son: toma de agudeza visual de alto contraste para ver si detecta detalles finos, letra pequeña o subtítulos en la televisión; refracción subjetiva para valorar el estado refractivo del paciente con baja visión; pruebas de sensibilidad al contraste para comprobar si existen problemas en la localización de escalones o bordillos en el terreno así como objetos de bajo contraste; evaluación del campo visual central para valoración de reconocimiento de caras y lectura incluso de letras grandes (como titulares de periódicos).

El tratamiento para este tipo de pacientes consiste enmagnificadores, telescopios, filtros, aunque también el propio paciente puede utilizar otros métodos más convencionales como viseras o altas iluminaciones.

Tecnología

Tomografía de Coherencia Óptica Dominio Espectral 3D: técnica diagnóstica útil para el estudio de la retina y del nervio óptico. Consiste en la obtención imágenes de gran resolución, tanto de la superficie de la retina como de sus diferentes capas. Muy útil para el diagnóstico y seguimiento de enfermedades la mácula, como la degeneración macular asociada a la edad o la retinopatía diabética, así como para el estudio del nervio óptico en el glaucoma.

Topografía Corneal: Mediante esta técnica diagnóstica, podemos obtener un mapa de la cornea tanto en su superficie, dándonos información de la forma y curvatura corneal. Su uso es imprescindible en la evaluación prequirúrgica tanto en cirugía refractiva láser y cirugía de cataratas, así como en el seguimiento postquirurgico. También nos permite la detección de enfermedades corneales,  como por ejemplo, el queratocono. Es muy útil a la hora de la adaptación de lentes de contacto.

Láser YAG: es un láser que no genera calor y su acción se basa en la producción de una ruptura o corte en los tejidos oculares, que se conoce como fotodisrrupción. Está indicado alteraciones y patologías oculares como: capsulotomía posterior(fibrosis que puede aparecer tras la cirugía de cataratas) e iridotomía (glaucomas de ángulo estrecho, síndrome de dispersión pigmentaria, etc.)

Láser de Argón: es un láser fotocoagulador. Emite dos longitudes de onda diferentes que son absorbidas por la melanina y la hemoglobina. Está indicado en patologías vasculares de la retina, como la Retinopatía Diabética o la Trombosis Vascular. También en degeneraciones retinianas periféricas, desgarros retinianos, etc.

Paquimetría corneal : Consiste en medir el grosor de la córnea. Se utiliza como prueba preoperatoria en operaciones de cirugía refractiva con láser. Este estudio también es importante en pacientes con glaucoma. No requiere dilatación de la pupila.

Biometría óptica : permite calcular la longitud del globo ocular y la curvatura ojo de forma muy precisa y sin contacto, con el fin de medir la potencia de las lentes intraoculares utilizadas en la cirugía de cataratas.

Fotografía del segmento anterior: imagen diagnóstica que permite, mediante una cámara especial, tomar una serie de fotografías de las superficies e interior del ojo con el fin detectar cualquier anomalía.

Ecografía oftálmica: Técnica diagnóstica de imagen no invasiva que se realiza con un ecógrafo ocular específico y se utiliza en el  diagnóstico de tumores intraoculares, hemorragia intravítrea, presencia de cuerpos extraños, desprendimiento de retina y, en general, en todas aquellas patologías de segmento posterior en las que no sea posible visualizar el fondo de ojo. 

Retinografía digital retiniana no midriática: Con el retinógrafo podemos obtener fotos en color de la retina. Mediante este procedimiento se pueden detectar diferentes enfermedades que afectan a la mácula y la retina. Las imágenes obtenidas pueden almacenarse en un sistema informático. Es una prueba sencilla, útil, segura y cómoda para el paciente ya que no se necesita la dilatación pupilar.

Tonometría o medida de la presión intraocular: procedimiento que permite medir la presión intraocular (la presión a la que se encuentra el humor acuoso, el líquido ubicado en el interior del ojo). Gracias a este procedimiento se pueden detectar enfermedades como el glaucoma. Disponemos de 2 tipos de tonómetros: neumotonómetro, que permite la medida de la presión intraocular mediante aire y tonometría de contacto (Perkins y Goldmand), con la que podemos medir la presión intraocular mediante un aparato que contacta con la cornea, tras la instilación de gotas anestésicas.

Campimetría computerizada: se utiliza para valorar las alteraciones del campo visual. El campo visual es la visión periférica. Se emplea para controlar la evolución del glaucoma o la retinosis pigmentarias. También es útil para el diagnóstico  de posibles lesiones en la vía óptica.

Autoqueratorefractómetro: podemos obtener una refracción automática ocular necesaria para realizar la graduación posterior de la visión. También facilita obtener datos sobre la querometría de la córnea.
Frontofocómetro: determina el centro óptico y la medición de la potencia (dioptría) de una lente oftálmica, así como de la dirección del cilindro.

Pupilómetro: proporciona el tamaño de la pupila en diferentes condiciones de luminosidad. Es obligatorio su uso en cualquier tipo de cirugía refractiva, para realizar implantes de anillos intraestromales en queratocono y en el implante de las lentes multifocales.

Tomografía de Coherencia Óptica del segmento anterior: permite visualizar imágenes de la córnea y de la cámara anterior del ojo.

Test de Schirmer: determina si el ojo produce suficientes lágrimas para mantenerse húmedo. Esta prueba se lleva a cabo cuando una persona presenta ojos muy resecos o un lagrimeo excesivo.